Alicante

Triste despertar del sueño para el Jove Español de San Vicente, que rozó con la punta de los dedos un ascenso que se escapó por un detalle. Cuando toda la Ciudad Deportiva se preparaba para vivir un momento histórico, un tanto del nigeriano Cheik envió el partido a la prórroga, ya que anulaba la ventaja obtenida por el conjunto de José Manuel Mas en el estadio Chapín.

Tras un tiempo extra marcado por las precauciones y los miedos, la lotería de los penaltis decidió a favor del conjunto azulino, que desató el éxtasis en los 200 aficionados que acompañaron a su equipo hasta tierras alicantinas.

El Jove, cuyo objetivo no era ni mucho menos pelear por el ascenso, se quedó a las puertas de la gloria, aunque su afición recompensó el esfuerzo de toda la temporada con una atronadora ovación que, sin embargo, no sirvió de consuelo para los jugadores y cuerpo técnico.

La primera parte resultó muy equilibrada y sin grandes ocasiones de gol. El equipo que estuvo más cerca de marcar fue el Xerez Deportivo, al que el colegiado, en el ecuador del primer acto, anuló un gol por fuera de juego.El conjunto jerezano llevó la iniciativa durante el tramo final de la primera mitad, pero el Jove Español supo defender con orden y apenas sufrió para mantener el marcador inicial.

La segunda parte fue mucho, mucho más abierta. El Jove Español tuvo las primeras ocasiones de gol. Iker y Ferrán estuvieron cerca de un gol que hubiera sentenciado la eliminatoria. El Xerez Deportivo, obligado por el marcador, respondió, obligando al portero local, Carles Fluixà, a realizar varias paradas de mérito.

Cuando el Jove Español, tras una gran demostración de oficio y experiencia, acariciaba ya el ascenso, Cheik, a un minuto del final, resolvió una jugada embarullada con un gran disparo para enviar el partido a la prórroga.

El gol dejó muy tocado al Jove Español, que apenas tuvo opciones durante el tiempo extra. Ya en los lanzamientos de penaltis, y tras quedar igualados en la primera tanda, el conjunto jerezano acabó por lograr el ascenso en la muerte súbita con un penalti anotado por su portero, Matías, que justo antes había atajado el disparo del capitán José García.