Alicante

El mito de Sísifo se repite al final de cada verano en Benidorm, aunque en versión balonmanística. El Servigroup Hoteles Benidorm (nueva denominación del equipo) está condenado eternamente a reinventarse y escalar la montaña de la Asobal, donde cumple su undécima temporada.

El primer peldaño de esa escalada llega este domingo con la visita al Palau (17: 30 horas) del Guadalajara, equipo recién ascendido y, por lo tanto, rival directo por la supervivencia en la categoría. Ganar despejará dudas tras una pretemporada con más sombras que luces (tres victorias por cuatro derrotas), condicionada inevitablemente por las lesiones de varios jugadores claves.

Con un proyecto de perfil bajo, ya que sólo se han realizado tres fichajes, y una plantilla más corta, el equipo de Sergio Carballeira no se marca más objetivo de salida que pelear por la salvación de la forma más plácida posible, pero sin renunciar a nada, sobre todo en la Copa.

Parece poco para un equipo que no hace tanto se paseó con orgullo por Europa, pero la nueva realidad del Benidorm, cuya nueva directiva vive con la obsesión de no gastar más de lo que se ingresa, y el nivel de la competición, mucho más igualada, recomienda ser prudentes.

De hecho, el pasado curso la salvación estuvo más barata que nunca porque dos equipos, Santander y Fertiberia, se arrojaron al vacío en la primera vuelta, pero para escapar de la promoción de permanencia hubo que remar hasta la penúltima jornada.

"Va a ser una competición muy igualada, como siempre o más", pronostica Carballeira, que admite que el rendimiento del equipo puede ser una incógnita tras una pretemporada accidentada y en la que la ausencia de efectivos ha condicionado la calidad de los entrenamientos.

De hecho, el equipo podrá contar para este primera partido con su capitán Pablo 'Colo' Vainstein, baja durante toda la fase preparación tras sufrir una lesión con su selección en los Juegos de París, pero no con Leo Alonso y Mirko Durovic, quienes arrastran problemas físicos de mayor gravedad.

"El año pasado también tuvimos una pretemporada complicada y arrancamos bien. Sería importantísimo este año comenzar con un triunfo porque luego nos espera un calendario bastante complicado", recuerda el técnico gallego en alusión a las dos visitas consecutivas a Granollers y Cuenca.

La plantilla

El club apenas ha realizado movimientos significativos en su plantilla y prácticamente se ha limitado a cubrir pieza por pieza tras las altas y las bajas. La fórmula es conocida. Carballeira se apoya en la experiencia de su guardia pretoriana argentina –Vainstein, Ramiro Martínez y Moscariello- y la magia de Nacho Valles –el mejor central del pasado curso- para hacer crecer alrededor de ellos a los jóvenes jugadores, algunos ya con galones, como Juancar Sempere o el italiano De Angelis.

Los fichajes son apuestas de presente y futuro, como el portero Roberto Domenech, de 22 años, que debuta en Asobal tras su cesión a Ibiza, el jovencísimo Hugo Villa, de 18 años, que procede de Primera Nacional y el exótico extremo estadounidense Nikolas Zarikos. Junto a ellos, un grupo de jóvenes de la cantera como Pablo Agulló, Matías Canellas o Jaume Planells, dispuestos a echar una mano cuando sea necesario.

"Confío mucho en el vestuario y en que sabrá competir. Tenemos que dar el cien por cien en cada partido para ganarlo", apunta el entrenador, quien señala al Palau como un factor clave para lograr el objetivo.

"Muchos partidos se van a decidir por pequeños detalles. Visitamos durante el año pabellones muy calientes y nosotros también necesitaremos que la gente nos eche una mano para decantar algunos partidos a nuestro favor", añade el entrenador, consciente de que toda ayuda será poca para llevar de nuevo la enorme roca hasta la cima de la montaña.