El delantero internacional de la selección italiana, Mario Balotelli, ha sido ofrecido al Intercity para reforzar al equipo esta misma temporada. El polémico jugador, nacido en Palermo hace 34 años e hijo de inmigrantes ghaneses, se encuentra actualmente en paro tras su última experiencia deportiva en el Adana Demirspor de Turquía.
El ofrecimiento, adelantado por la cadena Cope, ha sido confirmado por fuentes del club a EL ESPAÑOL de Alicante, si bien desde el Intercity se precisa que antes de nada la entidad quiere conocer el estado físico del futbolista.
El Intercity no contempla, de momento, dar una baja y la opción que valora es que el jugador se ponga en forma en Alicante en las próximas semanas para que sea una opción real en el próximo mercado de invierno.
Las peculiaridades del Intercity, club que cotiza en bolsa y controlado por un fondo inversor extranjero, hacen posible una operación utópica para cualquier otra entidad deportiva, al menos de su misma categoría.
La posibilidad de lograr una enorme repercusión mediática con la presencia de Balotelli es un argumento de suficiente peso para los inversores del club, que priorizan este criterio sobre el rendimiento deportivo que el jugador, en galopante decadencia deportiva, puede ofrecer.
El italiano, galardonado con el premio Golden Boy en 2010, es una bomba en un vestuario, como demostró en sus anteriores equipos. Estaba llamado a marcar una época, pero desde joven demostró un carácter indomable que le ha impedido echar raíces en los mejores clubes del mundo.
La carrera de Balotelli
Jugó en el Inter de Milán, con el que ganó una Liga de Campeones, y Manchester City, equipos de los que acabó saliendo por la puerta de atrás por sus actos de indisciplina tras protagonizar sonoros enfrentamientos con José Mourinho y Roberto Mancini, dos entrenadores de carácter.
También jugó en el Milán, Liverpool, Niza y Marsella antes de regresar a casa e incorporarse al Brescia y Monza, donde aún dejó algunas gotas de su indiscutible calidad.
Posteriormente probó suerte en el Adana Demirspor de Turquía antes de pasar al Sion suizo. La pasada temporada regresó al club turco, con el que disputó 16 partidos y anotó siete goles.
También fue una de las estrellas mediáticas de la selección italiana durante la pasada década. Su momento de máximo esplendor lo vivió en la Euro 2012. Anotó dos tantos espectaculares en la semifinal ante Alemania, pero se topó con la mejor España de siempre en la final del torneo (4-0). También disputó el Mundial de Brasil, donde su selección cayó eliminada en la primera ronda.