Rodrigo Hernández Cascante, o simplemente Rodri, reconocido el pasado lunes con el Balón de Oro, premio que lo corona como el mejor futbolista del planeta, ha llenado de orgullo a millones de españoles que se sienten representados por sus valores y su juego. En esta fórmula del éxito que lo convierte en un ejemplo a seguir dentro y fuera del campo, la Comunitat Valenciana ha desempeñado un papel crucial
El mediocentro de 28 años del Manchester City es el segundo jugador español de la historia después de Luis Suárez tras conseguir el importante galardón. Lo recogió tras una temporada casi impecable en la que llevó al máximo su juego, que se perfeccionó en tierras valencianas
Y es que, si bien Rodri es madrileño, una importante etapa de su trayectoria, quizás la más determinante para su desarrollo en lo deportivo y en lo personal, la vivió en los campos de juego y las clases de la Comunitat, tanto en Castellón como en Alicante.
El madrileño comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Y su talento pronto quedó claro, y no tardó en destacar como uno de los jóvenes con mayor proyección en la cantera del club rojiblanco.
Sin embargo, en verano de 2013 dejó su casa y fichó por el Villarreal CF donde comenzó a jugar en su equipo juvenil. El club castellonense disfrutó a la futura estrella mundial en el CD Roda, un equipo estrechamente hermanado a la entidad grogueta donde los futbolistas se forman antes del paso al fútbol profesional.
Aquel Rodri de 18 años comenzó a estudiar en la Universitat Jaume I de Castellón, compaginando sus estudios con su formación como futbolista. "Siempre he pensado que los estudios son importantes y me esfuerzo para sacarlos adelante. "Estoy estudiando ADE (Administración y Dirección de Empresas), y la verdad es que me está gustando bastante", comentaba hace una década el mediocentro en una entrevista para el club.
Su universidad, llena de orgullo, felicitó a su exalumno más brillante. "Enhorabuena a nuestro #Alumni Rodrigo Hernández por el Balón de Oro que ha recibido en París. Tu comunidad universitaria está muy orgullosa de tu éxito", expresó la UJI en una publicación en su cuenta de X.
De esta forma, Rodri se ha convertido en el único universitario en ganar un Balón de Oro y la UJI, a su vez, en la primera universidad de la historia en tener a un exalumno en el olimpo del fútbol.
Su evolución académica fue de la mano de la deportiva y mientras escalaba posiciones en el fútbol, fue pasando de curso hasta finalizar sus estudios en 2021 con un Trabajo de Fin de Grado (TFG) que consistió en un Plan de Marketing del que entonces ya era su club, el Manchester City.
Antes del salto a Inglaterra, en el club de La Cerámica hizo su debut profesional en 2015. El ascenso era ya imparable y tras tres temporadas volvió a casa en 2018. En el Atleti solo duró una temporada y fue su escaparate en Europa por el que dio el paso final al conjunto inglés.
Vínculo con Alicante
Rodri también ha tenido un importante vínculo con Alicante durante su consagración como jugador de élite, pasando estancias desde que comenzara a ser llamado por la Selección Española sub-16 en el Albir Garden Resort en El Albir (L’Alfàs del Pi).
Este complejo de apartamentos que sirve de centro oficial de concentraciones para las categorías inferiores de La Roja ha sido 'casa' del madrileño durante semanas a lo largo de sus convocatorias con la Selección, donde fue estableciéndose a medida que evolucionaba en Castellón.
El pequeño pueblo de L’Alfàs del Pi, que goza de una relevante tradición deportiva, recibe a las futuras estrellas nacionales en cada ventana de selecciones desde las categorías sub-15 hasta las sub-21.
En sus instalaciones y campos de fútbol, Rodri compartió vestuario con jugadores como Dani Ceballos y Marco Asensio, las estrellas del equipo cuando se coronaron campeones de Europa sub-19 en 2015.
Otras joyas mundiales de la talla de Lamine Yamal, Gavi, Fermín, Pedri, Ansu Fati o Nico también han madurado y pulido su juego en los últimos años en el Albir Garden.
Con todo, Rodri, un hombre tranquilo, sin redes sociales, aficionado al pádel, al golf y al rock, encontró en la Comunitat Valenciana un espacio ideal para desarrollarse y sentar las bases del hombre que es hoy.