Quién podía imaginar a finales que el Balonmano Benidorm, después de sufrir un nuevo brote de covid en su vestuario y con un calendario endiablado por delante –seis partidos en 18 días-, iba a despedir el año de forma pletórica, destrozando los mejores registros del equipo en la Asobal.
Y es que el conjunto de Fernando Latorre logró este sábado en Torrelavega la quinta victoria consecutiva de la temporada, lo que le permite despedir el año 2021 y la primera vuelta en sexta posición, a solo dos puntos de la segunda plaza. De coquetear con los puestos de descenso, aunque con partidos pendientes, a rozar con la punta de los dedos las plazas europeas. Y todo en dos semanas de vértigo.
Esta extraordinaria racha ha permitido corregir un inicio de curso accidentado, en el que el equipo de Latorre, muy renovado con respecto al pasado curso, no logró encontrar resultados y continuidad a su juego por culpa de pequeños detalles en partidos concretos, pero sobre todo del covid, que condicionó la preparación de los jugadores y obligó al equipo a arrastrar partidos pendientes.
Eso sí, siempre demostró tener madera para competir con cualquiera, como demostró ante el Barcelona, al que tuvo contra las cuerdas y un ataque final para empatar.
Tras la victoria en Antequera (23-27) el pasado 10 de noviembre, el Benidorm, que parecía despegar por fin, volvía a sufrir un brote de covid en su vestuario que le obligó a suspender entrenos y partidos. El equipo, muy mermado de efectivos, regresó a la pista el 28 de noviembre con una derrota ante Logroño (33-35) en el Palau.
Cambia la dinámica
El equipo, mal clasificado, con jugadores renqueantes y con dudas, afrontaba un mes de diciembre terrorífico, ya que a los cinco partidos de liga en solo 18 días debía sumar uno más de la Copa del Rey. El equipo daba inicio a su racha triunfal el pasado 1 de diciembre ante el Granollers (28-27), una de las ‘bestias negras’ históricas, para darle continuidad ante el Nava (25-30) de Zupo Equisoain, exentrenador del Benidorm, y ante Ademar en León (34-39), a domicilio. Frente al Bidasoa Irún (28-27), el Benidorm ya lograba igualar la marca histórica de cuatro victorias consecutivas, que databa del curso 2014-15, el primero del equipo en la Asobal.
Curiosamente, y pese a ser debutante, el Balonmano Benidorm, ya entrenado por Latorre, logró en aquella temporada sumar dos rachas de cuatro victorias consecutivas, ambas en la primera vuelta, que le permitieron acabar la temporada en la sexta plaza, su mejor posición de siempre al final de un campeonato.
Quedaba el más difícil todavía, porque esta semana hubo partido de Copa del Rey por el medio y el equipo ya estaba prácticamente con la batería fundida, pero el grupo de Latorre lo volvió a hacer. Fue de atrás a adelante en el marcador para jugarse el partido de nuevo en un final ajustado que volvió a caer de su lado.
Causas
¿Cómo se explica este cambio? No hay un único motivo que pueda explicar la explosión deportiva del equipo, que llegó en un tramo especialmente duro del calendario, con muchos partidos en pocos días y ante rivales de tronío, como Granollers, Bidasoa o Ademar, entre otros. La principal causa, según técnicos y jugadores, es que el equipo ha podido por fin trabajar con cierta normalidad y darle continuidad a lo ensayado en varios partidos seguidos.
La velocidad de crucero ha llegado, precisamente, cuando ya no ha habido más interrupciones en el campeonato y cuando los integrantes de la nueva columna vertebral han comenzado a conocerse.
Otra de las causas es el salto de calidad que han dado varios componentes de la plantilla, como el portero Roberto. El guardameta sevillano, internacional en las categorías inferiores de España, ha dado ese paso adelante que se le reclamaba desde el club para convertirse por fin en el portero que todo el mundo intuía que podía llegar a ser. También el central Nacho Valles ha asumido el mando del equipo con galones, como el extremo canterano Iván Rodríguez, otro que ha sacado a relucir todo su potencial anotador.
Todo ello unido a que los jugadores veteranos y con más experiencia, como Grau, Serrano, Vainstein, Nikcevic o Carrillo, entre muchos otros, suelen mejorar su rendimiento según avanza la competición.
Por desgracia para el equipo, la competición se detiene hasta principios de febrero. Con la permanencia en la mano, primer gran objetivo de cada temporada, el Benidorm podrá centrarse en la Copa, su torneo fetiche, y en la Liga. El sueño de dirigentes, técnicos y jugadores es regresar a Europa a través de la competición regular, una de las pocas barreras que aún le quedan por derribar el club que dirige Javi Abinzano.