La plantilla del Elche ha posado este miércoles en el estadio Martínez Valero para la foto oficial de la temporada 2021-22. En ella el argentino Christian Bragarnik, propietario de la entidad, ha estado con los nuevos fichajes del mercado de invierno y el joven jugador serbio Branislav Knežević.
El jugador balcánico, firmado por el club este pasado verano aunque aún no ha podido debutar con el filial por problemas burocráticos, ha sido junto al portero Lluís Andreu y el defensa John Chetauya, habituales en las convocatorias del primer equipo, los representantes de la cantera en la foto oficial.
También han estado presentes en la instantánea, además de Lucas Olaza, Kike Pérez y Eze Ponce, las tres incorporaciones del mercado de invierno, el presidente, Joaquín Buitrago, y Francisco Rodríguez, entrenador, quien llegó al Elche en el pasado mes de noviembre.
Posteriormente a la foto de grupo, la plantilla ha vuelto a posar, en esta ocasión junto a Pablo Serna, director general de TM Grupo Inmobiliario, patrocinador principal del Elche.
Previa del Elche-Valencia
La presentación de estos actos institucionales se produce antes de la visita del Valencia este sábado al Elche por primera vez desde que en la pasada temporada un empate del equipo de Mestalla en Huesca (0-0) contribuyera de forma definitiva a que el conjunto ilicitano se mantuviera en Primera División. Tras lo sucedido en el último encuentro del pasado campeonato las relaciones entre ambos clubes, que siempre han sido buenas, mejoraron exponencialmente.
El Elche llegó a la última jornada del campeonato pasado con 33 puntos y sin la posibilidad de depender de sí mismo. Necesitaba ganar al Athletic Club, que no se jugaba nada, y que el Huesca, rival directo, también con 33 puntos, no venciera como local al Valencia, que tampoco tenía ningún objetivo clasificatorio.
El conjunto ilicitano encarriló el partido en el primer tiempo y pudo poner ojo y medio en lo que sucedía en Huesca, donde el Valencia, que ya llevaba varias jornadas con la mente puesta en el futuro, resistió el acoso local.
Tras el segundo tanto del Elche, obra de Raúl Guti en el minuto 72, los cinco mil espectadores presentes en el estadio, en el primer partido de la temporada en el que se permitió la asistencia limitada de aficionados, dedicaron toda su atención a lo que sucedía en Huesca.
El Valencia, ayudado por los postes, no solo aguantó el tipo sino que, además, llegó a marcar un gol en los últimos minutos, posteriormente anulado, que se celebró en el estadio ilicitano tanto como los anotados por el Elche. Tras el pitido final en Elche, los jugadores y aficionados aguardaron el final en Huesca, que provocó una explosión de júbilo y gritos y cánticos a favor del Valencia.
Este sábado, diez meses después de aquella jornada de infarto, el conjunto de Mestalla sentirá en Elche, de forma espontánea y natural, el agradecimiento de la afición ilicitana hasta que el balón comience a rodar en el Martínez Valero.