Alicante

Nadie podía sospechar que el año del centenario del Elche fuera a convertirse en una pesadilla. Con el equipo asentado en Primera y el club saneado en sus arcas y soñando a lo grande con proyectos faraónicos, todo apuntaba a una temporada tranquila en la que, incluso, se podía aspirar a algo más que una plácida salvación deportiva. Pero todo el castillo de naipes se ha derrumbado en apenas 12 jornadas, algo menos de un tercio de la competición, en la que el equipo está en caída libre hacia Segunda.

La derrota de esta jornada ante el Getafe (0-1) lo ha dinamitado casi todo. Nunca antes el equipo salió silbado del campo ni uno de sus jugadores, en especial Tete Morente, fue abucheado por la grada con tanta insistencia. También se rompió el hilo de confianza con el propietario del club, Christian Bragarnik, cuyo nombre fue coreado por parte de la grada de animación pidiendo su salida de la entidad. Fue la primera vez en la que el empresario argentino tuvo que escuchar gritos en su contra en el estadio.

El conjunto ilicitano es colista, a seis puntos de la permanencia, y el único de toda la competición que no ha sido capaz de ganar un partido. El Elche se agarró en el inicio a un calendario difícil para justificar sus males, pero en las últimas jornadas ha demostrado que tampoco puede con los de su Liga. Y lo que le espera antes del parón tiene su dosis de morbo añadida.

[Jorge Almirón, ante el partido que puede marcar la resurrección del Elche]

Primero el Valladolid de Pacheta, el técnico al que el Elche no renovó al no considerarlo ideal para entrenar en Primera. Y después el Girona, el equipo al que el Elche arrebató el ascenso en aquella histórica promoción del verano de 2020. Dos equipos con motivos sentimentales y argumentos deportivos para querer vengarse del Elche.

También la noche de Halloween se llevó por delante el ‘efecto Almirón’. El regreso del técnico argentino fue una apuesta arriesgada del propietario, pero la realidad es que el cambio ha sido mínimo, casi imperceptible a nivel de puntos. Dos empates de mérito sumó el Elche, pero la realidad es que ha vuelto a fallar en el momento decisivo y ante un rival directo.

Además, su gestión del grupo quedó en entredicho este lunes, cuando con superioridad numérica no supo manejar los cambios, perdiendo ventanas en hacer y deshacer ajustes tácticos. La gestión del grupo tampoco está siendo la más ilusionante. 

El argentino se apoya en la guardia pretoriana que conoce de su anterior etapa, muchos de ellos ya lejos de su mejor nivel conocido, y prescinde de jugadores como Collado, la gran apuesta del club en el mercado de verano, o Domingos Quina, quienes apenas tienen protagonismo.

El técnico también ha entrado en la leyenda negra del fútbol español al protagonizar la racha más larga de partidos sin ganar (20) entre su etapa anterior y la actual (16+4). Mientras las dudas a su alrededor crecen, Almirón se agarra a la calculadora. “Queda mucho y el equipo está vivo y compite. Está más cerca ahora de ganar”, asegura.

Ganar o morir

La situación es tan crítica que es imposible disimular. Incluso jugadores como Gerard Gumbau asumen que en los próximos diez días el equipo puede jugarse su futuro. “Si no ganamos los dos próximos partidos estamos muertos”, afirma el catalán. “No queda otra que levantarse porque si no esto se va a hacer muy largo. Hay que trabajar duro para ganar un partido ya porque es algo que necesitamos todos para poder mirar hacia adelante”, argumenta el centrocampista.

“Ni antes éramos tan buenos ni ahora tan malos”, reflexiona el jugador, quien se mostró comprensivo con las protestas de los aficionados al término del partido. “Después de 12 partidos sin ganar en lo más normal. Me sabe muy mal por la afición, que está haciendo un esfuerzo enorme”, comenta Gumbau, que pese al panorama desolador sigue “convencidísimo de que este equipo sacará los puntos de donde sea para lograr la salvación”.

“Cada partido que se disputa en Primera es un regalo para la afición y jugadores y hay que luchar a muerte para sacar esto adelante”, sentencia el jugador. Valladolid y Girona, en apenas 10 días, marcarán el futuro del Elche. El objetivo mínimo es llegar vivo al parón para reactivar al equipo en el mercado de enero y remontar en busca de otra permanencia milagrosa. Pero todo pasa por recuperar la memoria y ganar al menos uno de los próximos partidos.