Alicante

Un mal arranque de competición y un pésimo final marcaron la trayectoria del Elche en la presente temporada, en la que el equipo ilicitano partía con la obligación de pelear por el ascenso por su condición de recién descendido.



El Elche, con uno de los presupuestos más altos de la categoría, logró enderezar en las primeras jornadas de la segunda vuelta su errática trayectoria hasta lograr situarse en zona de promoción y ascenso directo, pero dos meses finales infames, en los que sólo ganó un partido de 11 posibles, acabaron por sepultar sus opciones de ascenso, recuerda Efe.



Además de los vaivenes deportivos, el rendimiento del Elche en la temporada estuvo condicionado por sus movimientos en el mercado. Durante el verano y ya con la liga empezada abandonaron el club jugadores como Lucas Boyé o Pere Milla, mientras que en invierno salieron Edgar Badía, Sergio León o Fidel Chaves.

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Por el contrario, los recambios del mercado de invierno apenas tuvieron peso en el equipo y ninguno de ellos logró hacerse indiscutible para el entrenador, Sebastián Beccacece.



El Elche, que llegó a bordear el descenso en la jornada 9, fue un equipo de rachas, tanto positivas como negativas. Tras ganar solo dos partidos de los nueve primeros, el equipo de Beccacece logró enlazar seis jornadas sin perder en el tramo final de la primera vuelta, para volver a enlazar una dinámica negativa con tres encuentros sin vencer.



El mejor momento del Elche llegó en el inicio de la segunda vuelta, cuando logró sumar siete victorias, cuatro de ellas consecutivas, en 11 jornadas, lo que le permitió entrar en zona de promoción y consolidarse, durante dos fechas, en ascenso directo.



Con el equipo lanzado en ataque y firme en defensa, llegó el inesperado desplome tras una derrota ante el Levante (3-2) en un partido en el que iba ganando por 0-2 mediada la segunda parte.



Desde ese momento, el castillo levantado por el técnico argentino, cuyo juego fue elogiado por los rivales hasta ese momento, se desmoronó. El Elche fue incapaz de ganar los duelos ante sus rivales directos y su confianza fue menguando con el paso de las jornadas.



Los ilicitanos perdieron el blindaje defensivo, llegaron a recibir solo un gol en nueve partidos, y echaron de menos, tras la lesión de Óscar Plano y el discreto rendimiento de Mourad, a un delantero que lograra convertir en gol todo el juego de ataque producido por el equipo.



La chispa y dinamismo se fue apagando con el paso de las jornadas. Primero cayó del ascenso directo y, posteriormente, de la zona de promoción para quedar sin ninguna opción a una jornada del final.



El desplome deportivo del equipo arrastró a varios jugadores que, durante gran parte del campeonato, fueron de los mejores de la categoría, como Pedro Bigas, Nico Fernández, Nico Castro y Tete Morente, pero que tuvieron poco peso en el tramo final.



El triste desenlace de la temporada se ha cobrado también sus víctimas deportivas, ya que no seguirán en el club el entrenador, Sebastián Beccacece, ni el director deportivo, Sergio Mantecón.