Alicante

El Hércules sigue con paso firme en la pretemporada y quemando etapas en su preparación hacia el próximo curso mientras su afición no se olvida del pasado y reclama, una vez más, un cambio en la gestión. Los dos partidos que se disputaron en el Rico Pérez, en el campo y en sus tribunas, demostraron que el club está vivo, si bien la fractura entre la hinchada y los dirigentes parece ya imposible de recuperar.

En lo deportivo, el equipo de Ángel Rodríguez confirmó todo lo bueno apuntado en los anteriores partidos de preparación. En esta ocasión ante el Castellón, un equipo de superior categoría y más rodado, volvió a sellar su portería y demostró que la solidez defensiva es el primer pilar sobre el que el técnico leonés edificará su equipo. El gol de Cedrés, en el ecuador del primer acto, hizo justicia en un partido en el que el Hércules ya pudo contar con todos sus fichajes.

El técnico apostó por una alineación formada por Carlos Abad; Raúl Ruiz, Dylan, Lucas, Felipe, Maxi, Sergio Marcos, Víctor, César Moreno, Cedrés y Ander. En la segunda mitad entraron al campo Jack, Jean Paul, Coke, Sandro, Manu Navarro, Dani, Palau, Eimil y Nico Ortiz.

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De momento, todo funciona según lo previsto a pesar de que al equipo aún le faltan algunas piezas en todas las líneas para dar un salto de calidad, por lo que en teoría su capacidad de mejora es enorme.

Tras el partido, Rodríguez se mostró contento por el triunfo, pero también exigente y demandó a su equipo que se adueñe de la posesión del balón para demostrar su estilo. “Somos un equipo que tiene que tener el peso del partido sí o sí en nuestro campo y estamos confeccionando la plantilla para eso”, afirmó.

Jugadores del Hércules C.F.

4.000 aficionados

El club abrió las puertas del estadio para presentar su nuevo proyecto y el Rico Pérez presentó una buena entrada si se tienen en cuenta las circunstancias deportivas, el horario y el clima. Los más de 4.000 aficionados que acudieron al estadio confirmaron que los dos meses de verano transcurridos no han hecho olvidar las últimas decepciones y sonrojos provocados por los dirigentes de la entidad.

Tanto durante el partido, como sobre todo al final, donde se produjo una pacífica invasión del terreno de juego, sobre todo por parte de niños, centenares de seguidores mostraron, una vez más, su rechazo a la gestión de Enrique Ortiz, al que volvieron a pedir que ceda el control del Hércules.

Quedó tan claro que no hay perdón posible ni amnesia para el palco como que al equipo no le faltará el calor de la afición herculana mientras siga por el camino que ha iniciado de la mano de Ángel Rodríguez.