El entrenador del Hércules, Ángel Rodríguez, cayó de pie en Alicante. Su método y su discurso convencieron desde el primer día y los resultados, a pesar de la precariedad de las primeras semanas, acompañaban. Sin embargo, este miércoles, en Los Arcos ante el Orihuela, sufrió su primer gran revés como inquilino del banquillo blanquiazul (3-0).

El leonés pudo apelar a la coartada de la temprana expulsión de un jugador, Dylan Leiva, al cuarto de hora de partido. Pero no. Ángel Rodriguez elige llamar las cosas por su nombre. "Perder nunca es útil, pero a veces te hace ver cosas que desconoces de tu equipo. Una hostia bien dada viene bien para el inicio de la temporada", señala el entrenador, quien recuerda que una de las señas de identidad del Hércules hasta ahora era la "seriedad y el orden, todo lo contrario a lo que se vio en Orihuela".

"Con uno menos el equipo tiene que mantener el orden. A veces tienes un día malo y mejor que sea ahora", afirma el entrenador, consciente de que la imagen del equipo ante un rival de inferior categoría se alejó mucho de la que ilusionó ante rivales como Castellón y Alcoyano.

"Nos viene bien el guantazo para espabilar y ponernos las orejas tiesas", añade el técnico, quien dice estar molesto y dolido por perder, pero a la vez "tranquilo" porque sabe de lo que su equipo es capaz.

Mercado lento

A diez días del inicio de la competición, el Hércules aún no tiene cerrada su plantilla. El club, según desvela su entrenador, mantiene varios frentes abiertos con jugadores importantes que aportarán al equipo "fútbol y experiencia". Uno de ellos es Michel Herrero, exjugador del equipo alicantino en la temporada 2011-12, quien tras rescindir el contrato con el Tenerife medita con pausa la oferta alicantina.

Ángel Rodríguez evita especular con la llegada del valenciano, jugador de nivel muy superior a la categoría en la que está el Hércules, para centrarse en los futbolistas que están en la plantilla. "La dirección deportiva está trabajando bien, pero para el Hércules necesita tiempo. Si estuviera en una categoría superior la decisión sería más rápida", apunta el leonés.

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Ni un reproche, sin embargo, por parte del entrenador al rompecabezas de equipo que ha tenido que ir montando pieza a pieza y durante semanas. "Sabía dónde venía y las condiciones. Sabía que iba a ser un mercado lento. Tenemos jugadores con estados de forma distintos en todas las líneas. Juntar todo eso nos va a llevar tiempo, pero no podemos agachar la cabeza ni bajar los brazos", argumenta.

Y es que, según explica el entrenador, el resto de los equipos lleva "mes y medio entrenando", mientras que el Hércules necesita adaptar jugadores que llegan en diferentes estados de forma. Por eso pide "paciencia". "Hay jugadores a los que les faltan entre tres semanas y un mes para ponerse a punto. Hay que trabajar a marchas forzadas a pesar de las carencias y hacer de tripas corazón para enfocar el primer partido (Mallorca B, 12 horas) con todas las garantías", sentencia.