Alicante

La agónica y épica victoria lograda por el Hércules en su visita al Atlético Saguntino (2-3), en un partido en el que el equipo alicantino fue capaz de levantar dos tantos de desventaja, ha devuelvo la sonrisa a la afición blanquiazul. Esta se muestra convencida de que por fin ha encontrado un argumento sólido sobre el que apoyarse para creer en la remontada clasificatoria.

El Hércules, que llegó a pisar la zona de descenso hace mes y medio, ha corregido el rumbo desde la llegada a su banquillo del técnico extremeño Lolo Escobar, bajo cuya dirección el equipo ha sumado siete de los últimos nueve puntos. Y no fue es un pleno de puntuación por la miopía del árbitro y sus auxiliares en Alzira, donde no dieron por gol un doble remate de Jean Paul que atravesó con claridad la línea de meta.

Escobar, cauto, sigue enfocando solo en el próximo partido (Ibiza Islas Pitiusas, 12:00 horas, Rico Pérez) mientras los más entusiastas aficionados blanquiazules ya hacen cábalas para calcular cuando el Hércules asaltará de nuevo la zona de promoción de ascenso, situada aún a cinco puntos de distancia.

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De momento, el extremeño ya ha logrado algo contracultural en el Hércules en los últimos tiempos, como que un técnico fichado como revulsivo ejerza de buenas a primeras como tal. La llegada de Escobar ha tenido un efecto inmediato en juego y puntos, superando ampliamente el legado de todos sus predecesores tomando como muestra sus tres primeros partidos.

El 7 de 9 de Lolo Escobar no está al alcance de ninguno de los otros diez entrenadores que pasaron por el banquillo del Hércules para corregir la deriva del equipo desde su caída del fútbol profesional hace ya nueve temporadas.

Manolo Herrero, fichado como relevo de Pacheta, solo sumó tres de nueve en el curso 2014-15, mientras que Vicente Mir, en la temporada 2015-16, se quedó en seis de nueve. Carlos Luque, revulsivo tras la destitución de Luis García Tevenet, en la campaña 2016-17, sumó cuatro de nueve, como Josip Visnjic, recambio un año después de Claudio Barragán, que logró cinco en las primeras tres fechas tras el despido ese mismo campeonato del argentino Gustavo Siviero, actual entrenador del Intercity.

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Tras un año sin volantazos en el banquillo con Lluís Planagumá, el Hércules volvió a las andadas en la temporada 2019-20. Jesús Muñoz solo pudo sumar tres puntos en sus primeros tres partidos, uno menos de los que logró Vicente Mir, su recambio, y los mismos que sumó Vicente Moreno, tercer entrenador de esa temporada, tras el relevo del valenciano.

Tampoco se notó el efecto revulsivo con Alejandro Esteve en la temporada 2020-21, un punto en dos partidos, ni con Manolo Díaz, su recambio, que se quedó en cuatro puntos en tres jornadas.

Con tiempo aún por delante, y un mercado de invierno en el que el club está dispuesto a realizar un esfuerzo para potenciar la plantilla, el Hércules solo debería tener capacidad de mejora. Lolo Escobar, de momento, ya ha logrado lo más complicado: cambiar una dinámica deportiva viciada en un tiempo récord –poco más de un mes- y devolver la ilusión a la afición herculana.