Alicante

También lo tuvo en la mano, pero se le escapó. Nadie mejor que Lluís Planagumà, el último entrenador que llevó al Hércules a las puertas de la gloria, para analizar el final de la Liga. El técnico catalán, experto conocedor de los equipos de su región, aún tiene pesadillas con aquella eliminatoria ante la Ponferradina, en la que saltaron por los aires sus sueños, los del club y los de la ciudad.

Tras una experiencia en Japón y los Emiratos Árabes, donde ha trabajado de la mano de Andrés Iniesta, con el que tiene futuros proyectos conjuntos, Planagumà analiza para EL ESPAÑOL de Alicante la situación de su exequipo y cómo se está viviendo en Cataluña el final de una competición que se decidirá por photo finish.

El barcelonés, que llevó al equipo al subcampeonato de Liga en la temporada 2018-198, igualando su mejor clasificación de siempre en Segunda B, no disimula su simpatía por el Hércules y por Alicante. "Fue una época maravillosa. Una parte mía sigue allí", asegura el entrenador, quien confía en que el equipo blanquiazul sea capaz de ganar los dos partidos que restan para asegurar el ascenso.

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"Depender de uno mismo es muy importante cuando queda tan poco", señala Planagumà, quien destaca la fortaleza del grupo "para levantarse de una situación tan complicada como la que se vivió en La Nucía".

"Tras ese partido, existía la posibilidad de que el equipo, criticado por la afición, se cayera definitivamente por el peso del pasado y de la historia, pero se ha unido y ahora se ve capaz de todo", subraya el preparador, a quién no sorprende "en absoluto" la respuesta de la afición herculana el pasado domingo en el Rico Pérez ni la anunciada invasión de Vic.

"Ya lo viví en primera persona. Poco a poco la gente se fue enganchando al equipo en casa y fuera hasta llenar el estadio en la final", rememora el preparador, quien confiesa que se le abren todas las heridas sentimentales cada vez que ve a Isi Palazón en Primera. "Nos encontramos con un jugador que era de otra categoría y en estado de gracia", añade.

En cuanto al desenlace de la competición, Planagumà califica como "increíble" que los cuatro primeros clasificados, con tan poco margen de puntos, vayan a medir sus fuerzas en la penúltima jornada. "Hércules y Lleida te imaginas que van a estar ahí por nombre y potencial, pero lo del Europa y el Badalona me ha sorprendido", señala el técnico, quien apunta a que el partido determinante será el de esta jornada en Vic.

"Las cuentas de los demás pasan por lo que haga el Hércules, por eso aquí en Cataluña la mayoría de la gente lo da como favorito. Piensan que después de lo que sufrió, y tal y cómo ha reaccionado, es difícil que ahora falle", desvela el entrenador, quien reconoce haber quedado impresionado por la exhibición herculana ante la Peña Deportiva (5-1).

"No fue solo ganar, sino cómo ganó. Parecía un equipo de superior categoría contra otro de una menor", reflexiona Planagumà, quien considera que el gran problema del Hércules durante estos años de penurias "es el propio Hércules".

"Es un club muy grande con una exigencia enorme y eso no todos los vestuarios, cuando las cosas vienen mal, pueden soportarlo", explica el barcelonés, quien pronostica que los equipos que al final queden segundo y tercero "va a tener un bajón anímico" para los playoffs.

El entrenador también advierte de la peligrosidad del Badalona Futur, un club sin afición, estadio y presión "pero repleto de buenos jugadores". "Están en mala racha, pero esto hace que sean más peligrosos, aunque sólo sea por estadística. No tienen ya nada que perder", avisa el catalán, quien apunta que el rival más peligroso, en su opinión, es el Europa.

"Tampoco tiene nada que perder porque es un recién ascendido y su objetivo no era estar peleando por el ascenso. Ya se vio en Alicante que es un equipo valiente y sin complejos. Sus jugadores tienen hambre, pero por suerte el Hércules es el que depende de sí mismo", reitera.

Del Hércules actual, Planagumà no se atreve a opinar cuestiones técnicas por respeto al actual entrenador y porque no conoce en detalle a la plantilla, pero insiste en destacar su capacidad "para salir reforzado de la crisis". "Estoy convencido de que los malos momentos les han hecho más fuertes y de que se han unido aún más para dar la vuelta a la situación y cambiar la historia", concluye.