Este viernes se cumplen diez años desde que el Hércules, que la próxima temporada militará en Primera Federación, cayó del fútbol profesional. Y aquella caída vino tras ganar un partido ante el Mirandés (0-1) que no sirvió para evitar el descalabro deportivo.
El descenso, rubricado el 31 de mayo de 2014, fue el tercero a Segunda B en la historia de la entidad y dio inicio a la peor etapa deportiva del equipo alicantino, que nunca antes en su centenaria historia había permanecido más de una década alejado de las dos primeras categorías profesionales, tanto Segunda como Primera División.
A pesar del triunfo en Anduva, con gol de Sardinero, el Hércules no pudo corregir una trayectoria errática del equipo entrenado por Quique Hernández que el serbio Slavisa Jokanovic, contratado de urgencia a cinco jornadas del final, no pudo enmendar.
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El Hércules bajó de Segunda División como el peor equipo de los 22 que conformaban la competición tras firmar un campeonato lamentable, en el que sufrió numerosas goleadas sonrojantes, como las sufridas ante los filiales del Barcelona (5-0) y Real Madrid (4-0).
Además, completamente roto y deshilachado, el conjunto alicantino, mermado por una deficiente preparación física, sufrió infinidad de lesiones en el tramo final del curso, en el que llegó a encadenar once jornadas consecutivas sin ganar. Sumó una sola victoria en los últimos trece partidos y fue la del día de su descenso.
Perder la categoría provocó un trauma enorme en la afición herculana, más enojada que nunca con la gestión del máximo accionista, Enrique Ortiz, y desencadenó profundos cambios en el área deportiva y la plantilla.
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El club contrató como director deportivo a Dani Barroso, que había triunfado como jugador en el Hércules y en los despachos en Alicante y Castellón, y a José Rojo 'Pacheta' como entrenador en busca de un regreso exprés a Segunda División que, una década después, sigue sin llegar.
Desde entonces, para el club alicantino ha sido un querer y no poder en su cruzada por regresar a Segunda División. Perdió hasta tres promociones de ascenso, dos ante el Cádiz (2014-15 y 2015-16) y una ante la Ponferradina (2018-19), y se salvó de un descenso por la pandemia. Además, la reestructuración de la categoría la obligó a bajar un peldaño más, a Segunda Federación, tras el curso 2020-21.
Tras una década espantosa, en la que el equipo llegó a competir para evitar el descenso a Tercera, el reciente ascenso a Primera Federación ha vuelto a llenar de esperanza a la hinchada herculana, que ve un poco más cerca, ya a una sola categoría de distancia, el fútbol profesional y el final de lo que sigue siendo la etapa deportiva de su historia.