Benidorm

La pandemia ha golpeado sin piedad a todos los deportes y clubes, pero si hay uno que se puede sentir especialmente perseguido por el Covid es el Balonmano Benidorm. El equipo, al que la pandemia ya dejó fuera de su sueño europeo hace justo un año, ha solicitado un nuevo aplazamiento de un partido de Liga Asobal, el segundo consecutivo, tras el brote de covid detectado en su vestuario la pasada semana.

El club se ha puesto en contacto este martes el Comité de Competición de la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM) para pedir, tal y como ya hiciera la pasada semana con motivo de la visita del Fraikin Granollers, que se aplace el encuentro, ya que entiende que sus jugadores, ya sea por la enfermedad o por el aislamiento por haber tenido contacto directo, no están en condiciones físicas de retomar la competición.

El Balonmano Benidorm ha tomado esta determinación con independencia de las pruebas PCR a las que se sometió el pasado lunes la plantilla de jugadores, cuerpo técnico y personal del club. La entidad no conoce aún la totalidad de los resultados, pero intuye que puede haber nuevos positivos, lo que complicaría más la situación con vistas al regreso a la competición.

Cuenca, zona cero

Tras una pretemporada casi idílica, sin lesiones y solo mancillada por la derrota ante el Eón Alicante en el último test de la pretemporada, al Balonmano Benidorm se le torció todo tras el debut en la Liga en la pista del Cuenca, donde estuvo a punto de rascar un punto tras una gran remontada (29-28). Apenas dos días después de ese partido, varios jugadores del Benidorm comenzaron a notar síntomas de la enfermedad.

El club, alertado, sometió a los jugadores a los test de antígenos, detectando tres positivos en primera instancia. Los enfermos quedaron aislados y los componentes de la plantilla que viajaron en aquel autobús y que no tienen la pauta completa de vacunación, en este caso los extranjeros, en cuarentena.

La situación comienza a recordar a la vivida por el Benidorm la pasada temporada, en la que el equipo, por culpa de un falso positivo y de los contagios disparados en la Liga Asobal, llegó al segundo mes de la competición con más partidos aplazados que disputados.

Esta extraña situación obligó al equipo, que quedó rezagado en la clasificación, a realizar un esfuerzo extra en los meses de noviembre y diciembre, jugando dos partidos por semana, del que salió airoso. A diferencia de aquella ocasión, la Covid no es cosa de los rivales, sino que parece haberse instalado en el Palau. 

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