El CR La Vila ya vela armas para lo que será su regreso a la élite del rugby español. El equipo jonense, tres años después, regresa a la máxima categoría por la puerta grande y ante el mejor rival posible, el VRAC Valladolid, vigente campeón de Liga.
“Yo creo que es el adversario ideal, porque nos va a decir bastante rápido en qué nivel estamos”, afirma Ignacio Martín Goenaga ‘Iggy’, entrenador del equipo, y máximo artífice de la resurrección de la entidad junto a César Sempere, presidente del club y leyenda del deporte del balón ovalado.
Mucho ha cambiado La Vila desde el descenso. Hasta el escudo ha sufrido un lifting para ofrecer una imagen de modernidad y dejar atrás un pasado reciente sombrío, salpicado de decepciones deportivas y deudas. No es que la entidad reniegue de su pasado, en el que relucen aún un campeonato de Liga y una Supercopa de España (2011), pero se quiere entrar definitivamente en otra época que tiene como pilares la seriedad, la profesionalidad y el mimo a la cantera.
Para evitar ser un equipo ascensor, La Vila ha renovado profundamente su plantilla a la que ha llegado más de una decena de refuerzos, muchos de ellos jugadores con experiencia al máximo nivel.
“Es importante saber quiénes somos y a lo que aspiramos. Estamos en la División de Honor, pero el rugby español da para lo que da. Tenemos un presupuesto humilde y tenemos los pies en la tierra. Hemos fichado dos tipos de jugadores: jóvenes con proyección y gente con experiencia que nos ayude a dar un salto competitivo y que vaya dejando poso en el club”, explica Iggy, mito viviente del rugby español.
Cambio de chip
La Vila ascendió el año pasado como un misil y sin perder un solo partido. El técnico vasco logró inocular a su plantilla un gen ganador que este curso, ante el nivel de los rivales, será complicado mantener.
“No sé cómo reaccionaremos a las derrotas, pero tampoco me preocupa de momento. Yo me planteo la competición de otra forma. Hay victorias y derrotas que no tienen que ver con el marcador final del partido. Nos marcamos objetivos concretos dentro de los partidos y si los logramos es evidente que estaremos cerca de ganar”, explica Iggy, quien añade que “el año pasado sufrimos derrotas pese a ganar porque no hicimos lo que nos tocaba ante rivales inferiores”.
La cantera, parte de la Santísima Trinidad de La Vila, tendrá este año menor protagonismo, a priori, ya que la exigencia se dispara. “El año pasado debutaron muchos chicos a pesar de que no estaban aún horneados. Esta temporada habrá que ganarse el puesto, porque no habrá minutos gratis”, avisa el preparador vasco, quien considera que se necesitará aún un periodo de tiempo largo para que el club pueda nutrirse casi exclusivamente de su talento autóctono.
Iggy reconoce estar “aprendiendo cada día más como entrenador” y destaca que según sube el nivel de la plantilla su rol adquiere mayor importancia “la capacidad de gestión de la plantilla”. “En la élite hay muchos jugadores contrastados, que ya lo saben todo. La misión ahí es conjuntarlos y hacer que se sientan a gusto con el equipo. Más que la pizarra, el gran trabajo del entrenador es crear el entorno para que puedan rendir”, argumenta el preparador, quien enfoca como único y primer objetivo del curso “la permanencia”.
En cuanto al estilo de juego, Iggy admite que inició la preparación como “una hoja en blanco” porque su filosofía es adaptarse a los jugadores que tiene “y no imponer nada”.
“Me gustaría que realizáramos un juego dinámico que pueda enamorar a los aficionados. Tenemos que aprovechar el clima. Aquí no hay tanta lluvia ni barro y nuestros jugadores son más ligeros. Queremos jugar mucho a la mano, pero también utilizaremos el pie de forma táctica para buscar espacios”, explica el preparador, convencido de que el domingo se verá un gran CR La Vila ante el gran dominador del rugby español.