Las horas se le pasan volando a Joaquín Rocamora (Orihuela, 1986), el entrenador de moda del balonmano femenino español, entre vídeos, entrenamientos y respuestas a los cientos de mensajes de felicitación que ha recibido en las últimas horas tras llevar al Atticgo Elche, por el camino más largo y tortuoso, a la final de la Liga Guerreras Iberdrola.
Rocamora y sus chicas -11 nacidas en la provincia de Alicante y cinco de ellas formadas en los Juegos Escolares de Elche- ya han llevado a las vitrinas del club una Copa de la Reina y una Supercopa de España en 2021, los dos primeros títulos oficiales en la historia de la entidad, pero una Liga, con permiso del Málaga Costa del Sol, son palabras mayores.
Sobre todo porque para llegar a la final han tenido que destronar al Super Amara Bera Bera, la reina de la colmena. El conjunto donostiarra, vigente campeón de todos los títulos nacionales, había impuesto una tiranía que solo el conjunto ilicitano ha osado discutir.
[El Atticgo Elche corona el mejor ciclo de su historia con la clasificación para final de la Liga]
"Ver el rendimiento del equipo en esta semifinal ha sido una grata sorpresa. Nunca antes había visto a las chicas con esa mentalidad ganadora y esa mirada en sus ojos", explica el entrenador, quien tiene muy claro que el "repaso" que le dio Bera Bera a su equipo hace un mes en la Copa de la Reina "nos vino muy bien".
"Creo que perder de esa forma nos hirió el orgullo y nos hizo llegar al primer partido muy motivadas. Fue como echarle gasolina al fuego", relata Joaquín Rocamora, orgulloso de los tres partidos que su equipo dibujó ante la superpotencia del balonmano español.
"Te puedo asegurar que en el último partido pude disfrutarlo más allá de la tensión de que nos jugábamos una final", confiesa el técnico, quien confía en que la ciudad de Elche se vuelque el jueves con su equipo para reventar el pabellón Esperanza Lag (21:00 horas). El club ilicitano ha puesto de su parte, ya que los aficionados podrán adquirir dos entradas por cinco euros o una por sólo tres.
Toque de atención
Tras el KO copero y la eliminación en la semifinal de la EHF Copa Europea ante el Atlético Guardés, un rival asequible, Joaquín Rocamora, por primera vez en años, hizo autocrítica de puertas para afuera y admitió que al Atticgo Elche le faltaba instinto y madurez para competir los grandes días.
"Para mí la temporada ya era de sobresaliente, pero creo que la derrota en la Copa fue un punto de inflexión para madurar. La verdad es que el equipo supo reaccionar a esa autocrítica", confiesa el entrenador, quien asegura que el actual grupo con el que cuenta "es el que más fácil me lo ha puesto y el que me ha demostrado más ganas y mayor mentalidad competitiva".
De hecho, en la serie semifinal el Atticgo Elche, un equipo que ha marcado un estilo en el balonmano español por su juego de alternativas defensivas, deslumbró en ataque, con registros goleadores poco habituales en los últimos tiempos. "No sólo ha brillado Nicole Morales en la portería. Todo el equipo estuvo a un nivel altísimo, sobre todo en el juego ofensivo", afirma.
"¿Y ahora qué? Ahora a por el título", afirma el oriolano. "El deporte siempre es un desafío y ahora tenemos el de ser campeones. Estamos a 120 ó 160 minutos de levantar un título y los primeros 60 serán ante nuestra gente, por lo que tenemos que aprovechar y disfrutar de lo que nos hemos ganado", argumenta el técnico, quien podrá contar para esta primera batalla con toda la plantilla.
No le dice nada a Rocamora que su equipo no haya perdido esta temporada ante las malagueñas –un empate en Elche y triunfó en Andalucía-. "Ahora es otro momento y otra competición. Para los dos equipos es una oportunidad histórica, aunque estoy seguro de que en el futuro los dos clubes tendremos más opciones. De todas formas, queremos aprovechar este momento", concluye.