Alicante

La provincia de Alicante cerró el mes de mayo, el primero sin estado de alarma ni cierre perimetral, con una reducción del paro de 6.225 personas, lo que supone un descenso del 3,34% respecto al mes anterior. También lideró las afiliaciones a la Seguridad Social en la Comunidad Valenciana, con 10.982 personas nuevas trabajando (un 1,70% más).

Se trata de un dato "normal" para la época, y que refleja la transición hacia la temporada alta en una provincia donde el turismo y el sector servicios acaparan una buena parte del PIB, según explica Francisco Llopis, director de estudios del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca).

El problema es que las cifras no son tan positivas cuando se comparan en un contexto interanual, donde se puede comprobar el ritmo de la recuperación para volver a los niveles prepandemia.

Así, la provincia ha cerrado el mes de mayo con más paro que en el mismo mes del año anterior, cuando aún estaba en vigor el primer decreto del estado de alarma que incluía duras restricciones como el confinamiento domiciliario.

Llopis explica que entre estos dos meses el desempleo ha crecido en la provincia en 591 personas, lo que ya suman 180.388 alicantinos que demandan empleo. Se trata de un incremento interanual del 0,33%, "a pesar de que la media nacional es de un descenso del 1,98%". 

Dos trabajadores en una obra. EFE

Esta situación, de hecho, no es generalizada. Según los datos de Ineca, solo se da en 12 provincias o comunidades uniprovinciales: además de Alicante, en Gerona, Málaga, Baleares, Granada, Almería, Comunidad de Madrid, Teruel, Lleida, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y Huesca.

Para entender mejor qué está lastrando la recuperación Llopis hace referencia a los datos de paro por sectores. Y en el cuadro comparativo se puede ver que solo uno ha conseguido remontar a las cifras del año 2019: la industria, con prácticamente el mismo paro entre los dos ejercicios (22.479 frente a 22.689); en 2020 había unos 3.000 desempleados más. 

La construcción y los servicios se han quedado prácticamente estancados, con 15.173 parados el primero y 121.452 el segundo; el descenso respecto a 2020 es de 500 y 250 desempleados, respectivamente, lo que demuestra que los servicios aún tienen que arrancar a pesar de la desescalada y el inicio del fin de las restricciones. 

Una noticia negativa se da en la agricultura, en la que ha crecido el paro en unas 1.000 personas en el último año, hasta los 6.930. 

El responsable de Estudios de Ineca advierte de que, de momento, las cifras indican que "realmente no hay una mejoría", y que también hay que tener en cuenta "el factor de los ERTE", con personas afiliadas pero sin trabajar. "Son datos que adulteran un poco el resultado final, pero también hay que tener en cuenta el entorno excepcional en el que nos estamos moviendo", concluye.

Esta sensación es la misma que está teniendo el sector turístico. Tanto hoteles como apartamentos han indicado que la ocupación en estas primeras semanas sin cierre perimetral no es, ni mucho menos, parecida a la de 2019, con una media del 40% que se puede elevar hasta el 60% en el fin de semana. 

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