La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, mantuvo ayer la primera reunión con los representantes del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) en el Ministerio. Pero lejos de tranquilizarles, aumentó el malestar de los agricultores de Almería, Murcia y Alicante.
La ministra les reiteró su hoja de ruta: dejar de apostar por el "trasvase como algo fijo e inamovible" y "reforzar la desalación y la interconexión dentro de cada cuenca para que los regantes tengan así acceso a aguas reutilizadas y desaladas". Es decir, el final del trasvase. Como recogía la respuesta del Gobierno a los senadores murcianos dada conocer ayer.
Y aunque Ribera calificó la reunión de "estupenda", los presidentes de los regantes de las provincias mantuvieron a continuación una reunión telemática con sus representantes en la que estuvieron muy lejos de sentirse satisfechos.
El expresidente del SCRATS y vicepresidente de las federaciones nacional y autonómica de regantes, José Antonio Andújar, hizo balance para EL ESPAÑOL. "Ha sido la primera reunión y vamos a dar un plazo al ministerio para que nos de soluciones reales, no buenas palabras. A partir de mantendremos una posición muy firme. Si el Ministerio sigue con sus desmanes acudiremos directamente a Pedro Sánchez", aseguró.
"Si la ministra tiene un compromiso político con Castilla-La Mancha, Sánchez debe saber si quiere tener un compromiso político con el Levante o perderlo con decisiones como el fin del trasvase", añadió Andújar.
Desde el sindicato de regantes creen que la unidad de regantes, empresarios y políticos de las tres provincias a favor del trasvase es su mayor fuerza. De hecho, en esa reunión se habló de "unir fuerzas para que al final lo paguen en las urnas". Andújar fue claro: "¿Querían diálogo? Tienen diálogo. Pero llegará el momento de medir fuerzas".
Sin soluciones
Desde el SCRATS denuncian que el ministerio no tiene un plan b tras el cierre del trasvase. Incluso que en una reunión anterior el director general les explicó que obras de ampliación imprescindibles para sustituir agua trasvasada por desalada como las que se han de realizar en la planta de Torrevieja tardarán al menos cinco años.
Los regantes consideran que incluso más tiempo. Y añaden que la actual desaladora ya tiene comprometidos 80 hectómetros cúbicos con los que no se puede contar. También, que en periodos de sequía primarán las necesidades de abastecimientos sobre las de riego, con lo que se quedarán sin recursos.
Traición
Andújar quiso recordar una por una las palabras de Indalecio Prieto en Alicante en 1933: "Esta no es obra a realizar en el período brevísimo de días, ni de meses; es obra de años, para la cual se necesita la asistencia de quienes hoy gobiernan, de quienes estén en la oposición, de quienes sirven al régimen republicano". Ese es el mensaje que se le va a transmitir al actual PSOE de Pedro Sánchez.
Las palabras del entonces ministro socialista de Obras Públicas concluían con un advertencia muy clara: "Y, oídlo bien, de quienes están en contra de él; porque quienes por patrocinar el régimen republicano una empresa de esta naturaleza le negara su asistencia y su auxilio, serían, no enemigos del régimen, sino unos miserables traidores a España".