Alicante

Una voz en la Comunidad Valenciana y otra en Madrid. Los diputados nacionales del PSOE han votado esta mañana en comisión contra de la PNL presentada por PP y Cs para detener la decisión unilateral del Ministerio para cambiar las reglas del trasvase Tajo-Segura.

De nada ha valido que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, diga cada vez que tiene ocasión, que el trasvase es "irrenunciable". Al final ha primado la disciplina de grupo en la hoja de ruta trazada por la ministra Teresa Ribera para ir sustituyendo el agua del Tajo por agua de desaladoras, cinco veces más cara para el regadío.

El diputado popular alicantino César Sánchez, ha insistido en que los cambios esconden una "decisión política" hecha a espaldas de los sectores afectados y con el objetivo de que el abastecimiento "tenga los días contados".

Con 19 votos en contra de la propuesta del PP, 15 a favor y dos abstenciones, ha quedado rechazada la propuesta que llevaba dos enmiendas aparejadas, una de Cs y otra de Vox (pidiendo reactivar el trasvase el Ebro).

La diputada socialista Esther Padilla ha pedido la retirada de la PNL por "coherencia", por "los efectos perversos" del cambio climático y por la "urgencia", ha afirmado, de actuar antes de la aprobación del Plan Hidrológico Nacional. Los mismos argumentos que ministra y presidente de la Generalitat calificaron en Valencia como "lo inteligente" frente a quienes apuestan por las trasferencias hídricas.

Los argumentos

Frente a esta postura Sánchez ha subrayado que  “España necesita un pacto que defina una auténtica política de estado en materia de agua que sea integradora, consensuada, solidaria, al margen de rivalidades políticas y con garantía de continuidad a largo plazo”.

Además, lejos de buscar la confrontación el popular instó al Gobierno a convocar una Mesa del Agua con todas las comunidades afectadas y usuarios, para plantear los distintos escenarios que establecen los estudios hidrográficos del CEDEX y abordar soluciones desde el diálogo y el consenso.

Eso sí, afeó a Pedro Sánchez que “legisle a espaldas de los partidos políticos, las comunidades autónomas y de los propios usuarios, sin tener en cuenta lo difícil que es la gestión hídrica y la necesidad de generar equilibrios que permitan conseguir un buen estado ecológico de las masas de agua y facilitar el desarrollo de las regiones”.

También echó en falta “un socialismo con sentido común” que defienda los trasvases como solución al desequilibrio hídrico, en vez de tenerles “inquina”, y acusa a los socialistas de pasar el rodillo con sectarismo ideológico y de no contar con absolutamente nadie".

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