El incremento rápido en el númro de contagios en la Comunidad Valenciana ha pillado con el pie cambiado al sector turístico, que hasta hace tres semanas presumía de la baja incidencia acumulada de la región y trataba que Reino Unido la tuviese en cuenta al margen de España para reactivar sus viajes.
Ahora el Gobierno francés se plantea introducir nuevas restricciones a nuestro país, lo que en la práctica supondría taponar los dos principales mercados internacionales y dejar todo en manos del cliente nacional. O lo que es lo mismo: eliminar de un plumazo a la mitad de los clientes potenciales y enfilar un verano a medio gas, tal como sucedió en 2020.
Y eso que las previsiones hasta ahora estaban siendo positivas. La respuesta del mercado nacional, que copa entre el 80 y el 90% de los viajes, ha impulsado las reservas a pesar de que las contrataciones se están haciendo a última hora, por lo que los hoteles valencianos que abren básicamente están tirando una moneda al aire.
Los que dependen más del turismo británico se mantienen a la espera de que Reino Unido dé por zanjadas las restricciones el próximo 19 de julio, una decisión que cuenta con la opinión contraria de algunos de los principales expertos del país. Pero Boris Johnson se agarra a que, a pesar de que la incidencia está disparada por la expansión de la variante Delta, las hospitalizaciones y muertes han caído al mínimo.
La posibilidad de retomar los viajes a partir de esa fecha ha animado el mercado en agosto, hasta el punto de que los ingleses cuentan con un importante número de reservas en Benidorm e incluso los apartamentos están cerrando contratos para otoño.
El pasaporte Covid
Nuria Montes, secretaria general de la patronal Hosbec, admite que los empresarios están observando "muy preocupados" la evolución de las noticias en Europa.
También recuerda que los datos indican que la gravedad de la Covid se ha "reducido drásticamente" gracias a la vacunación, y que el pasaporte europeo "está diseñado precisamente para volver a habilitar los viajes para los ciudadanos inmunizados".
Este documento, denominado certificado digital, entró en vigor el pasado 1 de julio, con el objetivo de que aquellas personas que tuviesen algún tipo de protección contrra la Covid pudiesen moverse libremente entre países europeos.
Sin embargo, la rápida propagación de la variante Delta (en la Comunidad Valenciana ya supone el 50% de los nuevos contagios, según Puig) ha vuelto a elevar la incidencia en España por encima del riesgo extremo (250 casos por 100.000 habitantes), y los empresarios se preparan para una nueva batería de restricciones. "Y el gran perjudicado, de nuevo, será el turismo", señalan a EL ESPAÑOL fuentes del sector.