Alicante

La agricultura de la Vega Baja no levanta cabeza. Y los cítricos, en especial la naranja, son los que más problemas están teniendo para subsistir, como informaron las asociaciones agrarias en abril. Desde Asaja, José Vicente Andreu, estima que entre un 10 y un 15% de la producción se perderá como consecuencia de la guerra en Ucrania. "Ya vemos campos con fruta sin recoger y amarilleando. Eso es porque no se riega. 

La crisis por la llegada de los cítricos sudafricanos a principio de temporada se ha agravado en estos momentos. Y no por las noticias del recorte de agua del trasvase Tajo-Segura, que este año no han empezado a afectar porque hay agua en los embalses del Segura por las lluvias. La guerra ha trastocado todo el mercado.

El bloqueo del mercado ruso y ucraniano y en lo puertos del mar Negro, ha dejado sin salida a las producciones de Turquía, Marruecos, Israel o Egipto, que según Andreu se han volcado en el resto de Europa "sin precio, al precio que les quiera poner el proveedor".

Eso ha provocado que una naranja alicantina que de media se vende a 30 céntimos de euros ahora apenas se consiga colocar a 10 o 12 céntimos, cuando se coloca. Y es que el representante de Asaja estima que el 60 o el 70% se quedará en los árboles. 

Para Andreu, la situación en la Vega Baja alicantina y Murcia, es todavía peor que la situación general en el resto de la Comunidad Valenciana ya que las fechas de la última recogida se alargan más que en otras zonas como Sevilla o Valencia, por las especificidades del clima y el terreno. 

"Alicante y Murcia son los últimos en recoger y los que tradicionalmente han tenido los precios más caros. El resto ha tenido problemas para colocar sus productos, aquí directamente no se han colocado", explica el agricultor. 

"Hay familias que lo han invertido todo en sus explotaciones a la espera de recuperar esa inversión con la venta. Y si no hay venta no podrá continuar la explotación ni se podrá sembrar otras cosas. Entre un 10 y un 15% de as explotaciones se perderán por agotamiento. Y se va a notar", señala Andreu 

El Ministerio y la UE han sacado una línea de ayudas de 36 millones de euros que establece un máximo de 5.000 euros por explotación. Pero a juicio de Asaja ese dinero es insuficiente para quienes lo han invertido todo en agua, fertilizantes, mano de obra. "Cero ingresos significará el abandono de los campos", añade el representante agrario.

El resultado de este "desastre total", como la ha definido Andreu se verá a partir del 20 de septiembre, cuando comience una nueva temporada. Si para entonces ha terminado la guerra en Ucrania los agricultores se enfrentarán a la escasez de agua por las últimas decisiones respecto al Tajo-Segura. Y las cosas no pintan bien.

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