Los datos recogidos en el informe Estimación de las principales magnitudes de la industria en ámbitos subregionales, el último publicado por la Generalitat Valenciana, certifican que la industria alicantina genera el 19,1% de la cifra de negocios en el sector secundario de la Comunitat Valenciana. Y más concretamente, "el 90,8% de la cifra de negocios total de la agrupación Industria del cuero y del calzado en la región es generada en locales industriales ubicados en la provincia de Alicante".
El pasado mes de septiembre, la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE) informó de que el sector del calzado en todo el país "cerró 2022 con ventas por valor de 6.000 millones de euros, el 12,1% más, con una cifra récord de exportaciones ya que se rebasó por primera vez los 3.000 millones (20,3%).
Sin embargo, un mes después, en octubre el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (INECA) alertaba de que las exportaciones de la provincia acumulan tres meses consecutivos con descensos. Además, resumían que "el peso de las exportaciones de calzado ha caído en la provincia en los últimos treinta años. Si en 1997 el calzado alicantino suponía el 70,3% del total de las exportaciones de calzado de España, en 2022 llegó a representar tan sólo el 34,8%".
En este contexto, nuevas variables se conjuran para que ahonde la preocupación entre las empresas del sector. Entre otras, el cambio climático que este año ha provocado que se retrase la llegada del frío y con ella las ventas de calzado de la temporada otoño-invierno.
Marian Cano, presidenta de AVECAL (Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado), en declaraciones a EL ESPAÑOL, analiza los últimos datos de las estadísticas de las exportaciones, que resume, "empiezan a bajar". Pero no solo nos deberíamos centrar en lo que ya está pasando, sostiene, "sino en lo que va a pasar. Y es que la venta de moda en general se está ralentizando. Los clientes no están acudiendo al comercio como lo hacían y esto hace que el comercio no haga reposiciones. Si no cambia la dinámica esto afectará a los pedidos de la próxima colección".
Para Cano afecta el cambio climático porque el invierno ha entrado más tarde de lo normal, "pero también afecta la disminución de la renta de las familias, aumenta el tipo de interés, el precio de la cesta de la compra y el consumo de la moda en general se resiente".
"No solo en el mercado interno. También hemos comenzado a observar que el consumo en EEUU se ha ralentizado, en Alemania llevan igual desde hace meses. Vivimos una situación económica complicada y hay preocupación. Por el eso el índice de producción ha bajado", añade la presidenta de un sector cuyo nivel de internacionalización es superior al 50%.
Black Friday y venta online
Algunos diseñadores y fabricantes apuntan también a la "mala distribución en el año" de los periodos de rebajas. Tanto de las regladas, que deberían ajustarse a las épocas en las que hay reducir el stock, como de las no regladas y forman parte de "campañas comerciales especiales".
Para Cano este tipo de campañas especiales son más perjudiciales. Por eso afirma: "En realidad el problema nos son las rebajas sino determinadas campañas y costumbres como el Black Friday. Este tipo de campañas distorsionan el negocio en un contexto de globalización y venta on line que ya lo habían distorsionado antes. Es un problema difícil de resolver y acotar porque este tipo de tendencias son globales. Por eso debemos trabajar más en la importancia de la calidad de nuestras marcas hacia el consumidor".
Normativa europea
En esa "calidad" del producto español hay que tener en cuenta la deslocalización de la industria en otros países emergente. "En 2022, después de superar la crisis sanitaria del Covid-19 y los problemas con las cadenas suministros, hubo muchas marcas internacionales que se habían planteado la relocalización de sus empresas, pero desde que China recuperó su apertura de mercados esas iniciativas han decaído", asegura Cano.
[AVECAL denuncia que España y la UE "sepultan" al calzado en un "tsunami burocrático"]
"Para mí el reto es trabajar en las medidas que está tomando la UE de 'trazabilidad ligada a la sostenibilidad'. Eso nos permitirá poner en valor nuestras marcas, que nuestras empresas son más sostenibles socialmente que las de los países en los que se ha deslocalizado la industria", argumenta la presidenta del sector.
Y añade: "Para ello habrá que ayudar a las pymes, a las que se les viene encima un tsunami legislativo en términos de igualdad, sostenibilidad, etiquetado… Desde las asociaciones estamos intentando ayudar pero ante lo que viene, muchas pequeñas y medianas empresas se van a ver obligadas a contratar consultoras para que les hagan los planes obligados por las nuevas leyes. Y en vez de ser una tramitación ágil y sencilla se va a complicar y se van a reducir sus márgenes de beneficio".
Para concluir: "Soy realista. Vivimos un momento complicado, pero sabemos que nuestra industria ha sabido reinventarse en otros momentos. Hay que poner en valor el empuje que tienen nuestras empresas. Todas están trabajado ya en las colecciones para las nuevas temporadas y su participación en las ferias nacionales e internacionales. Es hora de que las administraciones arrimen el hombro porque entre el aumento del precio de las materias primas, de la energía, de los costes laborales, cualquier distorsión más puede ser determinante".