Nacho Gally, nuevo decano del Colegio de Abogados de Alicante, afronta motivado un mandato complicado por el "colapso" y la "justicia tardía". El ICALI cuenta con 4.500 asociados y para ellos ofrece un equipo con "experiencia y continuidad".
—El año pasado fue uno intenso por la movilización en el sector, con protestas en la calle incluidas. ¿Cómo lo piensa afrontar?
—Precisamente porque es una situación complicada, me motiva más. Y la manera de demostrar a los compañeros y compañeras que han acertado es trabajando. Y cuando lo haces con ganas, los resultados van a estar. No me da miedo estar en una situación más complicada que en otras épocas. Al revés.
—¿Cómo se va a trabajar para ofrecer soluciones?
—Uno de los problemas principales que teníamos –que el año pasado ya se plantearon y se pusieron sobre la mesa– es el tema de la previsión de jubilación. Con ese tema ya hemos tomado decisiones: ya hemos hecho alguna jornada informativa y la primera junta ha tomado, entre sus acuerdos, uno relacionado con esto. Y es que se va a nombrar a un asesor experto para que pueda dar un servicio de asesoramiento para hacer un estudio personalizado de cuál es su situación y qué les conviene a nivel de obtención de una jubilación digna: si modificar lo que tienen, ampliarlo, pasarse al régimen general de autónomos…
Eso ya es una primera medida que se ha adoptado importante y que va a permitir tomar decisiones en consecuencia para cada compañero y con arreglo a su perfil y necesidades.
El tema del turno de oficio, por ejemplo, en cuanto a la remuneración, los baremos… estamos ya trabajando. Y lo vamos a hacer combinando la experiencia y el empuje de las personas que han empezado y se han integrado en la junta.
—¿Qué espera de este mandato por parte de la Generalitat que ayude a resolver los problemas que tiene pendientes el sector?
—Tuvimos ya con la anterior junta a la que yo pertenecía una primera reunión con la consellera. Hemos tenido otra reunión en marzo. Yo espero de la Administración predisposición para mejorar lo que hay y ya funcionaba bien y para atender a nuestras reivindicaciones porque son justas.
Lo que vamos a intentar es mostrarles y demostrarles por qué son justas y por qué esos cambios se tienen que producir. Creo que la Administración ha venido, precisamente por ser una Administración que empieza, con ganas. Con ganas de solucionar y mejorar lo que hay. Y esas ganas se tienen que transformar ahora en voluntades y actos, pero creo sinceramente que hay una predisposición por parte de ellos a mejorar la situación en la que nos encontramos.
—Han pasado ya diez meses como para valorar líneas de actuación.
—Si te digo la verdad, no ha cambiado nada de momento. Ni para peor ni para mejor. A partir de ahora vamos a trabajar para mejorar lo que hay, hay algunas cosas que se han mantenido como el que se pague puntualmente el turno de oficio. Es algo que, cuando hay cambios en la Administración, te puede preocupar, pero nos queda mucho terreno por caminar.
—¿Qué espera de la Ciudad de la Justicia?
—Esto era una necesidad para Alicante. Ten en cuenta que es la única capital de provincia de la Comunidad Valenciana que no tenía una sede de Justicia nueva. Tanto Castellón como Valencia la tenían desde hace tiempo.
La justicia no solo tiene que dotarse de medios personales, principalmente, sino también materiales. Y al final un edificio en condiciones con unas oficinas estructuradas, con más personal que hará falta. Si tenemos el edificio, pero no lo dotamos de material humano no vale para nada. Porque la justicia funciona porque hay personas que desarrollan su trabajo. Pero que trabajen en condiciones dignas es importante. Y que tengamos un palacio de justicia digno es importante.
Justicia tardía
—¿No estabais trabajando en condiciones dignas?
—Nosotros, sí. Digo los funcionarios. Hay juzgados que tienen una situación que es realmente catastrófica: expedientes por el suelo, cajas amontonadas… Se habla del expediente digital cuando la realidad es que no se lleva a efecto, todavía no está implementado en Alicante. Aparte de construir un edificio de Justicia muy bonito –y entiendo que también funcional–, la justicia para que funcione se tiene que dotar de medios personales muy importantes porque no puede ser que estemos en la situación en la que estamos.
Están señalando juicios para 2025, 2026. Algo mal se está haciendo. El problema principal de la Administración de Justicia en mi opinión es el colapso por volumen –hay un montón de procedimientos judiciales– y el problema de la gestión de ese volumen que implica una justicia tardía. La justicia tardía no es justicia. Aunque te den la razón, si te la dan tarde, pues igual no te satisface tanto que si te la dan de manera temprana.