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Pescadores, armadores y expertos no coinciden en su valoración de las repercusiones que tendrá el acuerdo alcanzado en la UE para la flota de arrastre del Mediterráneo, imponiendo nuevas medidas conservacionistas que supondrán un importante desembolso por parte del sector. 

Como ha venido informando este diario, la nueva normativa ha puesto su foco en el tamaño de las redes, poniendo un límite de 45 mm en la costa y 50 mm en las aguas profundas. También en las puertas pelágicas (dejando una línea si redes en los fondos marinos) y ampliando los periodos de vedas en fondos de hasta 500 metros. 

Las palabras del comisario europeo de Pesca, Costas Kadis, quien adelantó el miércoles que "si se comprometen con la selectividad" -la capacidad de los métodos de pesca de seleccionar los peces y tamaños deseados-, con el cierre a la pesca de áreas de mar y con el uso de instrumentos de pesca "innovadores", los pescadores podrán acceder a financiación con cargo al Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura para la adaptación de la flota, no ha contentado a nadie.

Desde el punto de vista económico, la profesora del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante (UA), Adelaida Lillo, explica en declaraciones a EL ESPAÑOL que "la evolución de las capturas en los últimos años ya muestra una acusada reducción. Aunque aumentan lo precios al bajar las capturas, no se logra compensar la rentabilidad".

Así las cosas, el precio de los productos marinos frescos en el mercado es previsible que aumenten de forma proporcional a las restricciones impuestas a la flota. "La actividad pesquera ya estaba al límite con los planes demersales anteriores, de 130-140 jornadas de pesca. Ya era una situación asfixiante", explica la profesora.

Lillo habla de un sector "altamente normativizado y vigilado, tal vez el que más lo está", y por tanto nuevas medidas abocan al sector a pensarse muy bien si merece la pena continuar con la actividad. En otras provincias ya se habla de "ampliar los desguaces náuticos", como en Málaga.

La profesora también pone el acento en que "es un despropósito" que la UE haga a su flota cumplir determinadas normas que los países de su entorno, como Marruecos o Argelia no respetan. Como también lo es el hecho de que se esté ayudando a la flota del Atlántico mientras que se ejerce más presión sobre la mediterránea.

En cambio, para el catedrático José Luis Sánchez Lizaso, de Ciencias del Mar y Biología aplicada de la UA, "podría haber sido peor, ya que las posiciones estaban muy alejadas y al menos hay un acuerdo". En este caso, él si confía en que podrán implementarse las medidas con fondos europeos, como adelantó Costas Kadis.

"Son medidas necesarias que se deberían haber tomado hace tiempo y no estaríamos ahora cómo estamos", añade el biólogo. Además, respecto a la competencia con los países africanos de nuestro entorno es tajante: "Peor para ellos si no aplican normas como estas y mejor para nosotros, porque ellos dejarán de tener un mar sostenible para la pesca mientras que nosotros lo mantendremos".