Habrá tasa turística en la Comunidad Valenciana, y la propuesta se presentará mucho antes de lo esperado: en marzo de este año, después de debatirla con el sector en los meses de enero y febrero. El PSOE valenciano ha cedido finalmente a las pretensiones de sus socios en el Gobierno del Botánico (Compromís y Unidas Podemos) y ha acordado este martes impulsar este impuesto (realmente no es una tasa) que pretende gravar las pernoctaciones de turistas en la región, con un modelo aún por definir.
El acuerdo, firmado por los portavoces de los tres grupos en las Cortes, llega en el peor momento para el sector turístico desde el fin del cierre perimetral, con una oleada de cancelaciones de reservas británicas por las retsricciones y una previsión de ocupación que no llega al 30% para las próximas semanas en puntos clave como Benidorm. En la capital turística, de hecho, se espera que queden abiertos esta temporada baja menos de una veintena de establecimientos, cuando habitualmente hay más de 80.
En el acuerdo que han firmado los tres grupos se explica que se abrirá "un diálogo con el sector", incluyendo empresarios y trabajadores, para ver cómo se aplica el tributo, aunque las patronales han sido claras desde hace años: no creen que el modelo de ciudades como Roma o parís sea homologable a ningún municipio de la Comunidad Valenciana y lo han rechazado frontalmente.
Una de las incógnitas es el formato que tendrá la tasa. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ya explicó que, de sacarse adelante, tendría "un carácter municipal", lo que prácticamente deja solo a Valencia como punto turístico que tiene voluntad de implantarla. Ni Benidorm ni Alicante están por la labor de exigir este nuevo impuesto.
¿Quiénes lo pagarán?
Otra de las dudas que tendrán que resolver será qué subsectores pagarán el nuevo tributo. En caso de tramitarse en base a la necesidad de reducir el impacto ambiental (en Baleares, de hecho, se llama ecotasa) debería aplicarse a todos los turistas, independientemente del alojamiento. Pero es que incluso aunque se quiera extender a todo el turismo reglado existe el problema de los alojamientos alegales, de los que existe un porcentajhe importante en provincias como la de Alicante.
Lo que patrece claro es que el Botánico tendrá que hacer frente a la oposición directa de patronales como Hosbec, desde donde este mismo lunes se lanzó el mensaje, por boca de su presidente, Toni Mayor, de que no admitirían este nuevo impuesto.