He leído con mucho interés el artículo que Héctor Fernández ha escrito en su periódico sobre la negativa del Gobierno central a la segunda pista del aeropuerto de Alicante-Elche en el diario EL ESPAÑOL de Alicante. Era evidente que con este Gobierno, PSOE, la provincia de Alicante no iba a obtener ninguna medida de gracia.
Ni siquiera ante una demanda, no solo de la sociedad en su conjunto, sino ante el propio crecimiento que esta provincia está adquiriendo y sufriendo con sus infraestructuras que no están a la altura o no lo estarán, véase el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández. Su crecimiento es indudable, así como el crecimiento turístico de la provincia. Pero como ya sabemos, la inversión del Estado en Alicante es la última, así como fue la del gobierno del Botànic con esta provincia. Es decir, la suma de las dos administraciones nos situó en el último lugar, y seguimos en el último lugar.
Tenemos claro algunos que mientras el Gobierno central esté en manos de los socialistas, más específicamente de los sanchistas, esta provincia no recibirá ni un euro para salir del último puesto del ranquin. Si alguien se atreve a decir que si estuviésemos en sintonía con el Gobierno central otro gallo nos cantaría, vayan a las estadísticas: somos el último mono en cuanto a recepción de presupuesto central y autonómico. Parece que a nivel autonómico empieza a cambiar esa falta de inversión.
[Indignación en Alicante con la "marginación" del Gobierno que le impide crecer como capital]
Aún recuerdo cuando bajaba Ximo Puig a la Noche de la Economía alicantina y Juan Riera, antiguo presidente de la Cámara de Alicante, le exponía las demandas del sector y el antiguo presidente de la Generalitat en su discurso, venía a decir más o menos a decir, leído entre líneas: comprendo vuestras demandas, pero el esfuerzo se queda en Valencia y Castellón, sois los últimos. Y nos daba una palmadita en la espalda y se marchaba.
Y así hemos estado muchos años y seguimos estando.
Alguien comentaba con toda la razón que ya no había nadie en la Administración central con cierto peso (hablaba de funcionarios y políticos) que fuesen de Alicante y así nos iba. Creo que por ahí viene una de las razones de nuestro último lugar en la lista de las inversiones estatales. Hay muchas más, pero esta es una de ellas.
[Masiva reclamación política, económica y social de la segunda pista del aeropuerto Alicante-Elche]
Recuerdo también las manifestaciones que hicimos durante el mandato pasado para reivindicar la provincia. Fue un acierto porque despertó en la ciudadanía el agravio que sufría esta provincia y porque, además, casi fue una voz unánime la que se escuchó contra la discriminación presupuestaria estatal y autonómica.
La decisión de negar la segunda pista al aeropuerto de Alicante-Elche esgrimida por el Gobierno central es económica. Habla de que el coste de la ampliación ascendería a más de mil millones porque la ampliación que presentamos era para los dos aeropuertos, el de Alicante y el de Valencia.
Uno recibe al año 15,7 millones de pasajeros (Alicante) y el otro 9 millones (Valencia); uno tiene conexión ferroviaria con la ciudad (Valencia) y el otro, Alicante, parada de taxi solo de taxis de Elche. Desde mi punto de vista, le hemos dado la excusa al Gobierno central para la negación a la ampliación.
Y ¿por qué digo esto? Bien, yo creo, como he expuesto antes, que la provincia de Alicante ha sido olvidada durante mucho tiempo por razones políticas, véase administraciones con diferente color político, por razones de absoluta complacencia con la vida y también porque nadie nunca pensó en la provincia, porque nadie pensó en nosotros como conjunto no como ciudades y poblaciones individuales.
Creo, a toro pasado es fácil decirlo, por eso soy prudente en señalar este error estratégico, creo que se debía haber presentado solo la ampliación del aeropuerto de Alicante-Elche. El coste hubiese sido menor y las excusas para la negativa hubiesen sido más difíciles de explicar. Sobre todo, ante el estudio de la Cámara de Alicante que prevé tres situaciones en la llegada de pasajeros: "En la previsión pesimista 21,2 millones, en la neutra 23,7 millones y en la optimista 26,1 millones".
La otra lectura que se puede sacar es que parece que estamos tutelados por Valencia para crecer. Y no debe ser así. Tenemos políticos alicantinos al frente de las instituciones, de las tres más importantes de la Comunitat, ayuntamientos (tres capitales de provincia), diputaciones (las tres diputaciones) y Generalitat.
Y eso se debe notar. Alicante debe crecer, tiene un déficit con la administración autonómica que, repito, se va solucionando, pero debe ser más ambiciosa con esta provincia y mostrarle al mundo que puede ir sola y puede aportar, acompañada del resto, mucho a España y a la Comunitat Valenciana.