¿Cómo se combate el fuego cuando no se puede usar agua? Los bomberos están preparados para abordar este tipo de situaciones que se pueden encontrar cuando actúan en espacios con diferentes productos químicos. El incendio en un bajo comercial de Elche ha puesto a prueba estos métodos de control.
Este lunes, a las nueve y media de la mañana, llegaba el aviso de un fuego en un local en la calle Dénia de Elche. Allí, un problema en las obras de este establecimiento en el que habían estado trabajando con metales como el aluminio causó un aparatoso incendio.
La situación, como explican desde el Consorcio Provincial de Bomberos, requería una atención de urgencia. Este local estaba en el bajo de un edificio de cuatro alturas. Los vecinos se quedaron confinados en sus viviendas hasta que se consiguiera la total ventilación del espacio afectado.
Miguel Montero Casaucao, el suboficial jefe del parque de bomberos de Elche, se ha encargado de coordinar esta acción. Aquí explica cómo se tiene que trabajar cuando la presencia de metales en el aire es tan alta que estos se comportan como si fuera un gas, con los consiguientes riesgos que acarrea.
El despliegue
Los bomberos cuando acuden a cubrir esta emergencia llegan con su camión de bomba urbana pesada, BUP, con autoescalera y un equipo que incluía, además de a Montero, a un sargento, un cabo y otros seis bomberos. Como explica el suboficial, a no ser que la indicación sea la contraria, se parte de que la extinción se hará con agua, como todos los incendios clasificados como A.
Al soltar el agua a presión por la boca de 25 milímetros de la manguera, esta entró en contacto con la cantidad de metales pulverulentos en suspensión. Ese fue el momento en que se produce una violenta explosión que incluso provoca la rotura de cristales. Al estar los bomberos equipados con el traje de protección térmica y mecánica, además de la protección respiratoria con las botellas de aire, no resultaron heridos.
La explosión fue la señal de que en las reformas del local, que había estado sin uso, se trabajaba con metales como el aluminio. Igual que la reacción del agua con el fuego originado de esta forma es instantánea, tenía que ser la del plan de acción. El incendio era de clase B, se tenía que contrarrestar con otros métodos.
Este tipo de fuegos, señala Montero, suelen ser muy poco usuales. Se consideran de este modo a los que parten de combustibles metálicos, los que se podrían encontrar en empresas donde se usa aluminio, magnesio o sodio. No era esta la previsión que tenían al acudir al aviso de un incendio de un bajo en reformas.
La espuma CAFoam, tampoco servía para este caso, se tenía que recurrir a la sepiolita. Este mineral se aplica como arena para sofocar el fuego. Así se evita el contacto del fuego con el oxígeno del aire y este se consume antes.
Al tratarse de un local reducido, indica el suboficial, la extinción se ha podido hacer con mucha rapidez. A partir de ahí, el trabajo con el resto del edificio donde, si bien no habían llegado las llamas, el humo sí que se había extendido por todo el hueco de la escalera. "En estos casos se mete un ventilador de presión positiva que inyecta entre 9 y 11 metros cúbicos de aire por segundo, lo que hace que se genere esa sobrepresión que hace que el humo salga por la salida de arriba".
Una vez controlados ambos frentes, poco antes de las once de la mañana, dan por concluido el servicio.