Un estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche alerta de la "gran brecha" existente en España entre la tasa de empleo de personas con discapacidad intelectual y sin ella, y sugiere mejorar las bonificaciones a empresas que contraten a personas con especiales dificultades. Una de las principales conclusiones extraídas del estudio es que las mujeres con discapacidad sufren mayor discriminación que los hombres que pertenecen a este colectivo.
Este es el resultado del análisis de la realidad y la normativa vigente de la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual en nuestro país que ha llevado a cabo un grupo de investigadores de la UMH, dentro de un proyecto financiado por la Conselleria de Innovación y Universidades y el Ministerio de Ciencia e Innovación.
El estudio busca nuevas formas de mejorar la vida de los ciudadanos. En este caso, se pretende facilitar a las personas con discapacidad intelectual el desempeño de su actividad laboral en iguales condiciones que los demás trabajadores, según ha informado este lunes la UMH en un comunicado.
La investigación parte de la última concepción técnica más avanzada de la discapacidad, la del modelo social, que propugna la necesidad de actuar sobre las barreras que impiden o dificultan esa igualdad, tanto en la búsqueda de empleo como en su permanencia.
El equipo investigador de la UMH considera que, en general, las entidades tienen una percepción más benévola de las empresas a la hora de querer contratar y ayudar al colectivo de personas con discapacidad intelectual que la que perciben las propias empresas sobre ellas mismas.
Una barrera que no parece preocupar a las empresas es la incidencia en la productividad que se podría generar al contratar a una persona con discapacidad intelectual.
Sin embargo, este aspecto es resaltado por las entidades como uno de los principales inconvenientes que pueden tener las empresas para contratar al colectivo.
A su vez, las empresas destacan el papel clave que juegan las entidades en el acompañamiento a lo largo de todo el proceso de la vida laboral de estas personas que se hace desde aquellas.
Por otro lado, las empresas y entidades coinciden en que hay una gran falta de información en las primeras sobre la discapacidad en general. También reconocen la necesidad de ampliar y mejorar la relación existente entre ellas con el fin de conseguir aumentar la inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual.
Principales conclusiones
En cuanto a las conclusiones extraídas tras las entrevistas con las empresas, se constata que la barrera más importante para la contratación es la falta de adaptación de los puestos de trabajo para que las personas con discapacidad intelectual puedan desempeñar su trabajo con comodidad y eficacia, así como la carencia de experiencia desde los departamentos de Recursos Humanos para gestionar la diversidad.
Sobre la cuota de reserva, que actualmente se sitúa en el 2 % en empresas de a partir de 50 trabajadores, se propone ampliar la base en empresas con más de 25 empleados y reforzar actuaciones inspectoras para que se cumpla la norma.
El estudio revela, igualmente, que hay una doble discriminación en cuanto al género: por tener discapacidad y ser mujer. Debe existir una estrecha complementariedad de las políticas generales de desarrollo de la mujer y las específicas de integración de este colectivo, según la UMH.