De entre las 1.000 palmeras del Huerto del Cura de Elche, una destaca por su rareza. Siete brazos nacidos del mismo tronco crean un árbol único producto de la fortuna, la naturaleza y del amor del capellán que cuidaba del jardín botánico.
La belleza del ejemplar hizo que en el año 1884 Elisabeth von Wittelsbach, reina de Hungría, emperatriz de Austria y duquesa de Baviera, más conocida como la emperatriz Sissi, quedará fascinada durante su visita al que ya era por aquel entonces un famoso espacio natural.
En uno de sus viajes por Europa, Sissi, que era recoocida por su belleza y por ser la última gran emperatriz del continente, desembarcó tras una travesía por el mar Mediterráneo en Alicante. Conocedora de los encantos del palmeral ilicitano, fue a comprobar las buenas críticas que el jardín ya acumulaba.
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Durante su visita, como recuerda el portal turístico Visit Elche, Sissi quedó maravillada con la "singularidad botánica" del recinto, pero en especial con una palmera a la que le habían nacido múltiples hijuelos a dos metros de altura. La emperatriz pidió al capellán José Castaño, propietario de la casa tras la muerte de sus padres, que pusiera un nombre a tal exuberante obra de la naturaleza.
El cura era "un gran entusiasta de la jardinería y cuidaba con perseverancia su bello jardín" de 12.000 metros cuadrados, y en honor a la visita de la noble, bautizó a la palmera de siete brazos bajo el nombre de Palmera Imperial.
La Palmera Imperial comenzó a popularizarse desde comienzos del siglo XX por las revistas y guías turísticas de la época, que marcaban ese rincón de Elche como un destino obligado para los viajeros que visitaran el Levante español.
Así, cientos de personajes ilustres han pasado por el interior de este oasis, donde se ubican armoniosamente toda una serie de plantas mediterráneas y tropicales "distribuidas en un ambiente de tranquilidad y reposo donde las palmeras, auténticas protagonistas", presume Visit Elche.
El Huerto del Cura fue declarado en 1943 Jardín Artístico Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Personalidades destacadas han disfrutado de este palmeral, entre los más famosos resaltan: Alfonso XIII, Canalejas, Primo de Rivera, Juan Carlos I, Humberto II de Italia, el emperador Otto de Austria-Hungría, Óscar Esplá, Gregorio Marañón o Severo Ochoa.
A pesar de los grandes nombres que han visitado Elche, la emperatriz Sissi ha sido la que dejó su huella. Elisabeth también marcó a las gentes de su generación y de las futuras con su especial personalidad. De carácter triste y melancólico, fue una mujer infeliz que nunca encajó en las rígidas normas que sus títulos y la corte de Viena le imponían.
La noble, nacida en Múnich en 1837, vivió una vida llena de tragedias, según recogen los historiadores. La muerte de su pequeña hija Sofía y el posterior asesinato o suicidio de su hijo Rodolfo hicieron que no volviera a vestir con color hasta su fatídico asesinato en Ginebra. Era el año 1898 cuando un anarquista italiano le clavó un fino estilete cerca del corazón fingiendo que se había tropezado con ella.
Moría así una personalidad única que no siempre había tenido unos días tan grises. Elisabeth tuvo una infancia feliz alejada de responsabilidades, casamientos y protocolos en la que disfrutaba de la naturaleza y de su libertad. La cultura clásica, la poesía y sus viajes por Europa y el Mediterráneo endulzaron su amarga existencia, a la que la palmera más bella de Elche rinde homenaje.