Empieza el juicio contra la acusada de matar a tiros a una británica de 81 años en un chalet de Elche
La fiscalía pide 25 años para la arrestada por este crimen en el que también se persigue a su hijo, que tenía 16 cuando se les detuvo.
9 septiembre, 2024 09:46Murió tras tiros y una cuchillada. La mujer de 48 años detenida por el crimen de una británica de 81 en la partida rural de Maitino en Elche afronta este lunes su juicio. En él la fiscalía pedirá 25 años de cárcel a la sospechosa.
El juicio está previsto que arranque a las 9:30 horas en la Sección Undécima de la Audiencia Provincial que tiene en Elche. Según recoge Efe del Tribunal Superior de Justicia valenciano, además de los 25 años por asesinato, el ministerio público pide inicialmente otros tres por un delito de daños al incendiar posteriormente el coche de la huida en Alicante, lo que provocó que se calcinaran varios más aparcados en las proximidades.
El juicio llega más de dos años después de los hechos. El miércoles 4 de mayo de 2022 aparecía el cuerpo de esta británica con tres tiros y una incisión provocada por un cuchillo en la zona del hemotórax izquierdo. Fue un fontanero el que avisó a la Policía Local después de acudir a la casa a petición de la mujer para realizar un trabajo y comprobar que no contestaba al teléfono ni al timbre.
Torre Azul, una urbanización de viviendas unifamiliares, fue el escenario de este violento suceso. Según las investigaciones, la víctima conocía a quien cometió el crimen ya que ninguna puerta o acceso había sido forzada y no había señales de que se hubiera producido un robo.
¿Por qué se cometió este crimen? La encausada, de nacionalidad española, se acogió a su derecho a no declarar, lo que pesa en su contra ya que se ha considerado que está dificultando la investigación. Del mismo modo pasa con su hijo, entonces de 16 años, y que se enfrenta a una causa paralela en la jurisdicción de Menores.
La fiscalía considera que la mujer mató a la octogenaria sin darle posibilidad de defensa y que posteriormente fue ayudada por su hijo a trasladar el cadáver y a borrar las huellas incriminatorias. Horas más tarde, en la siguiente madrugada, la acusada prendió fuego a su vehículo en una calle de la ciudad de Alicante y las llamas se extendieron a otros vehículos estacionados en las inmediaciones.
La detenida practicaba tiro deportivo y disponía de licencia, y además tenía registrada a su nombre una pistola Beretta del calibre 22, supuestamente utilizada en el crimen y que la detenida denunció como sustraída horas después de lo ocurrido.
Las pesquisas se vieron dificultadas desde un primer momento por la falta de colaboración de la mujer aunque los agentes contaron con la ayuda de un testigo presencial, un fontanero que iba a dar un presupuesto a la víctima y que vio a la pareja abandonar la casa y montarse en un coche.