La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante ha mantenido una reunión con los principales técnicos de la asociación agraria, alcaldes de varios municipios de la montaña alicantina, empresas envasadoras y las cooperativas para poner en común y valorar las pérdidas concretas de la actual campaña de la cereza después de las fuertes lluvias de la semana pasada.
En este encuentro plantearán soluciones para rescatar parte del cultivo y evitar su abandono, unas propuestas que se trasladarán después a la consellera de Agricultura en funciones, Isaura Navarro, en una reunión solicitada por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para tal fin.
El sector al completo ha coincidido en su profunda preocupación por la situación del cultivo, que en la actual campaña nos deja una producción irrisoria de menos de 600.000 Kg, solo un 8% de la producción total, siendo nula en las comarcas de El Comtat, L’Alcoià y La Marina Alta; o lo que es lo mismo, un 92% de pérdidas en el conjunto de la zona de la producción de la IGP Montaña de Alicante, y un 100% en las anteriormente citadas comarcas. Este descalabro arroja unas pérdidas totales del sector de 25 millones de euros para el conjunto de producción amparada por la Indicación Geográfica Protegida.
[Asaja insiste en que las pérdidas de cultivos por falta de agua se deben a "decisiones políticas"]
En cuanto a empleos, se ha producido un quebranto de 4.800 puestos de trabajo directos. Durante el encuentro se ha consensuado un documento que recoge estos datos, así como una propuesta de plan de choque para evitar el abandono de este emblemático cultivo tras el duro varapalo de la actual campaña, que registra por quinto año consecutivo producciones irrisorias con una clara tendencia decreciente. “Es importante subrayar que, si no actuamos de forma enérgica e integral, con ayudas directas, y no ponemos soluciones encima de la mesa que sean efectivas y adecuadas a la situación de emergencia extrema que atraviesa el cultivo, los daños van a ser irrecuperables”, asevera el secretario técnico de ASAJA, Ramón Espinosa.
Las pérdidas por las altas temperaturas registradas al final de la floración que provocaron un deficiente cuajado de la fruta y el posterior temporal de lluvias acontecido en plena campaña de recolección en mayo de 2023 han sido las principales causas de dicho quebranto.
A esta situación cabe añadir que muchos agricultores tienen sus producciones sin asegurar debido a las deficiencias del seguro agrario actual. “Por lo que se hace absolutamente necesario arbitrar un plan de choque urgente para evitar un futuro sin cerezas, que compense los daños y estimule la recuperación económica de la zona”, añade el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, pues “no solo hablamos de un mal año de cosecha, sino de cinco muy negativos en los que los costes se han disparado y no hemos tenido producción”.
A pesar de que el Consell anunció hace unas semanas unas ayudas que se cobrarían, previsiblemente, durante este mes, ASAJA Alicante las considera “insuficientes por no ajustarse ni a las hectáreas ni a las pérdidas reales de los productores”. Por ello, propone a la Conselleria de Agricultura un plan de choque integral que contempla 5 bloques de actuaciones:
Bloques de actuaciones
1|Ayudas directas a la producción: a través de un Decreto Ley específico -similar al de la sequía- por los daños ocasionados no cubiertos por el seguro agrario, que compense los costes de producción, con franquicias elevadas y límite de pérdidas. Estas ayudas deben consistir en un importe al tanto alzado según el tipo de beneficiario: para titulares de explotaciones agrarias superficie de menos de 2 hectáreas, la ayuda será de 3.000 euros; de 2 hectáreas hasta 4 hectáreas, la ayuda será de 4.000 euros. Asimismo, para aquellos con una superficie mayor de 4 hectáreas, la ayuda será de 850 euros por cada hectárea que supere las 4.
2| Más financiación: ASAJA Alicante plantea terminadas líneas de préstamos bonificados diseñados “ad hoc” para productores y empresas envasadoras de cerezas a través del Instituto Valenciano de Finanzas y la GVA por valor de 10.000.000 millones de euros; con un tipo de interés del 0%; 4 años de carencia; 10-12 años de amortización.
Por otra parte, se propone que se habilite una línea de financiación abierta de manera permanente para la puesta en marcha de nuevas plantaciones, reestructuración y reconversión varietal.
3| Ayudas directas para plantas de envasado: mediante un proyecto de Real Decreto para conceder una ayuda de mínimos de hasta 200.000 euros (máximo que prevé la Unión Europea) para las centrales de acondicionamiento de fruta.
4| Medidas fiscales: una rebaja de módulos, con índice cero para el ejercicio del IRPF 2023, exención del IBI rustico para explotaciones de cereza y condonación de la seguridad social durante 14 meses.
5| Nuevo seguro agrario para la cereza: ASAJA Alicante insta a una revisión urgente del seguro agrario de la cereza para la zona de producción amparada en la IGP. “Muchas producciones están sin asegurar debido a las deficiencias del seguro agrario. Los problemas reseñados en el cuaje y las lluvias persistentes en plena campaña de recolección han provocado mermas de producción y daños agrícolas en el 98% de la producción”, explican los técnicos de la entidad agraria.
En el marco de ENESA, con fecha 30 de noviembre de 2022, se publicó la resolución de la Subsecretaría del Ministerio de Agricultura, por la que se aprobó el 44º Plan de Seguros Agrarios Combinados, y en esta misma resolución, en su artículo 16 en el apartado de “Trabajos a desarrollar durante el ejercicio 2023 en los futuros planes de seguros agrarios” se incorporó, a petición del sector, estudiar la posibilidad de introducir cambios en la línea de seguros de cereza en la Montaña de Alicante. En este sentido, ASAJA y las cooperativas presentaron una propuesta en firme para la modificación de las condiciones de aseguramiento del seguro de cereza en la provincia de Alicante.
El hipotético abandono del cultivo supondría un escenario devastador “que no nos podemos permitir y que aún estamos a tiempo de revertir”. No solo representa un motor económico esencial que genera riqueza y puestos de trabajo en zonas de interior y desfavorecidas tanto en la producción como envasado en almacén y puesta en mercado, sino también cumple un rol fundamental en términos de fijación de población y se constituye como un elemento vertebrador que promueve el desarrollo rural sostenible, el mantenimiento del medioambiente y del paisaje, que a su vez estimula a otros sectores como el turismo rural y gastronómico alicantino. A esto se suma que su posible abandono propiciaría la propagación de incendios, sobre todo en las comarcas de la Montaña de Alicante.