La transformación del Espacio Público de Elda refleja el anhelo del gobierno local por ofrecer una ciudad más cómoda, humana, accesible y moderna en la que todos los ciudadanos y ciudadanas puedan emprender y continuar un proyecto de vida. Porque las ciudades son entes vivos, que crecen, se desarrollan y cambian constantemente para cumplir con las demandas de aquellos que las habitan, y en esta continua transformación, Elda debe adaptarse a las exigencias del siglo XXI: conseguir que en el espacio público el protagonismo lo tengan las personas.
Sin embargo, transformar una ciudad no es un tema baladí. En este caso, la frase clásica Roma no se hizo en un día es muy reveladora. El gobierno eldense cuenta en su haber con varios años de esfuerzo para alcanzar su objetivo, y no son pocas las obras e intervenciones realizadas tanto en la vía pública como en parques y jardines, todas ellas bajo la estricta directriz de que Elda sea más humana.
Pero todo ello sería imposible sin un guion, una hoja de ruta que establezca cuáles son los pasos a seguir, cómo llevarlos a cabo, cuándo acometer cada uno de ellos y dónde ejecutar cada intervención con una precisión milimétrica para alterar lo menos posible el día a día de quienes cuentan con su domicilio en la zona de actuación.
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Es por ello que el gobierno, con el consenso de todos los grupos municipales, desarrolló el Plan Estratégico Elda 2030, donde se recoge el modelo de ciudad que se pretende alcanzar en todos los niveles a través de cinco patrones diferenciados, así como la apuesta por ser ciudad piloto de la Agenda Urbana y convertir a Elda en un referente en materia de sostenibilidad, movilidad y eficiencia para otras ciudades, así como acceder a financiación externa para abordar proyectos e inversiones clave para la ciudad.
En este punto juega un papel esencial la Unión Europea a través de los Fondos Next Generation, y el gobierno local ha realizado una fuerte apuesta por esta fuente de financiación que, entre otros aspectos, ha permitido llevar a cabo importantes hitos para la transformación del espacio público eldense como la Plaza de Arriba o la Plaza del Zapatero.
La primera de ellas, la Plaza de Arriba, ha supuesto el punto de partida para la recuperación del Casco Histórico de la ciudad al recuperar para las personas un enclave del pasado que había quedado en el olvido, poniendo en valor al mismo tiempo el refugio antiaéreo de la Guerra Civil existente en el subsuelo como una declaración de intenciones del nuevo rumbo que ha tomado la ciudad, construyendo el futuro de la ciudad sobre los firmes cimientos de un pasado histórico.
Por su parte, la Plaza del Zapatero ha modernizado un símbolo de la ciudad, en especial para los más pequeños, implementando en un mismo plano arquitectura, arte y paisajismo, con una plaza accesible, un mural de estilo trampantojo con arte mudéjar y el primer jardín vertical de la ciudad, todo ello en un único espacio que ha cambiado su fisionomía para siempre.
Pero esta transformación del Espacio Público no sólo lleva aparejada la mejora urbana, sino que también incide en gran medida en la esfera particular. Muestra de ello es la profunda renovación a la que fue sometido el barrio Feria-Cocoliche, un núcleo urbano de los más populosos de la ciudad, construido en la época de mayor expansión de Elda, en la década de los años 60, y sobre el cuál ningún gobierno anterior había realizado intervención alguna.
Ahora, este barrio es modelo de integración urbana, de mejora de la accesibilidad, de una mayor eficiencia energética y, todo ello, creando zonas verdes en un espacio anteriormente dominado por el hormigón y el asfalto. En definitiva, un barrio donde se han mejorado las condiciones de vida y donde es más atractivo emprender un negocio o comenzar a esbozar una vida en familia.
Cabe destacar también que un aspecto esencial de esta transformación debe ser la eficiencia. La optimización de recursos es vital en el devenir del futuro de las ciudades, tanto por el evidente ahorro económico como por la reducción de la contaminación.
Este aspecto también ha marcado todos y cada uno de los proyectos realizados por parte del gobierno eldense y de todos aquellos que están por venir, pero el más significativo ha sido el cambio de más de 4.000 luminarias por otras nuevas de tecnología LED, dentro de un proyecto financiado en parte por el IDAE. Una inversión total de 4 millones de euros que ha supuesto tanto la mejora de la calidad lumínica en las calles de Elda como un futuro ahorro en la factura de la luz.
En definitiva, muchos son los proyectos en marcha, como la remodelación del emblemático Jardín de la Música, la renovación de las avenidas Alfonso XIII, Olimpiadas y Filipinas, el parque Joan Miró, la Plaza de Toros, la puesta en valor del Casco Histórico junto con el Castillo y su entorno, o la mejora constante de los polígonos industriales de la ciudad.
Porque la transformación de los espacios públicos de la ciudad debe ir en consonancia con la mejora económica y social de sus ciudadanos. Ese es el consenso alcanzado en el Plan Estratégico y el que se debe hacer cumplir por el bien de todos los y las eldenses.