Cuatro días después de la agresión mortal a David Lledó por parte de tres hombres el pasado sábado, el pequeño pueblo de Gata de Gorgos, al norte de Alicante, no termina de creerse el trágico asesinato causado por los golpes que le dieron en la cabeza, el cuello y el torso con un bate de béisbol y palos.
Del ayuntamiento de la población, de tan solo 6.000 habitantes, ondean las banderas a media asta y lucen un crespón como luto. Una pareja de parisinos que está de vacaciones se muestra espantada al conocer que a unos metros de la charcutería donde están realizando la compra ha habido un crimen tan violento: "No se puede imaginar", señalan.
Y es que el asesinato del alicantino de 39 años ha sido el final de una pesadilla que comenzó hace aproximadamente un mes con la llegada de Mohamed, un marroquí que ha ingresado en prisión como principal sospechoso, desde Cataluña, donde acababa de cumplir una condena de varios meses.
El presunto asesino no vino solo. Los dos amigos marroquíes que llegaron con él están siendo investigados por delito de homicidio, aunque uno de ellos sigue en libertad, según el Tribunal Supremo de la Comunitat Valenciana.
En poco tiempo consiguieron sembrar la intranquilidad en un municipio donde hasta hace poco "se podía tener las puertas abiertas para que corriera el aire", señala un vecino, quien asegura que esa calma desapareció a la vez que escogieron este punto privilegiado de La Marina Alta para establecerse. Tanto es así que intentaban entrar en casas con gente dentro y se les había visto dando patadas a puertas.
Vivienda okupada
Los presuntos agresores decidieron okupar un chalet de dos plantas con piscina en la urbanización Gata Residencial, una lujosa zona de viviendas a un par de kilómetros del centro del municipio.
Es uno de los lugares escogidos por los extranjeros que llegan a la provincia, sobre todo británicos, para vivir al estilo mediterráneo. Dos vecinas inglesas de la urbanización que descargan las maletas del coche tras sus vacaciones afirman que hay una zona concreta donde personas marroquíes se han instalado, y manifiestan que no tienen miedo, a pesar de que dicen que hay un grupo que es peligroso y otro que es más calmado.
"Están okupando esas viviendas, todo era tranquilo hasta que vinieron. No sé cómo lo hacen, pero se meten en las casas de los bancos y una mafia las alquila. Aquí solo perdemos los que trabajamos", indica un vecino visiblemente preocupado por el aumento de la delincuencia en una zona idílica hasta hace muy poco.
Nada más avanzar por la carretera se puede apreciar qué casas han sido okupadas. Están todas agrupadas a la entrada de Gata Residencial y presentan un aspecto descuidado, a diferencia de las casas que se pueden ver unos metros más arriba.
De entre este grupo de chalets, con ventanas y puertas rotas, hay una que destaca entre las demás por tener una bandera de España colgada, además de "huesos de jabalí esparcidos por el césped", asegura el anterior vecino. Es la casa de Mohamed y sus amigos.
Un detalle que llama la atención es la cantidad de bicicletas que hay, que contrasta con los descapotables y coches de alta gama que suben y bajan la montaña donde se ubica la zona residencial.
La casa de al lado de Mohamed está okupada por dos mujeres marroquíes. Una de ellas, que parece ser la madre, vigila desde la terraza, y la menor manifiesta en español a través de las rejas de la ventana sin cristal que conocen el presunto crimen realizado por las personas que viven a escasos metros de ellas. Explica que les acusan de la delincuencia, pero que "no tenemos nada que ver con ellos. A ellos ya se los llevó la policía".
Crimen vengativo
Mohamed y sus amigos acumulan una amplia lista de delitos a sus espaldas. "Lo peor de todo es que se veía venir desde hace semanas por cómo era esta gente. Tenían conductas agresivas, perseguían a niñas y había peleas todos los días", afirma un joven del pueblo.
De hecho, días antes David fue a buscar al que presuntamente sería su asesino para encararse con él, ya que le acusaba de haber agredido sexualmente a su pareja, como ha podido confirmar EL ESPAÑOL.
Así, la semana previa también defendió a una menor de 15 años que estaba siendo acosada por uno de ellos. Como venganza, supuestamente el grupo esperó a David cerca de su casa y cuando salió a comprar una botella de agua lo sorprendieron con golpes en la cabeza, en el cuello y en el torso, causándole la muerte en el acto.