Molí Jávea, la icónica discoteca situada en la carretera del Cabo de la Nao, se ha consolidado como el destino favorito de quienes buscan vivir una experiencia nocturna única en la Costa Blanca. Entre sus visitantes más habituales destaca la actriz Ester Expósito, quien se ha dejado ver por la discoteca varias noches este verano.
La presencia de Expósito no ha pasado desapercibida para los asiduos de Molí Jávea, un lugar que destaca por su inconfundible fachada, que aún conserva el molino a tamaño real que le da nombre.
Turistas nacionales e internacionales, personajes públicos y disyoqueis de renombre se unen las noches alicantinas en este espacio, donde se organizan eventos tanto los fines de semana como entre semana.
La icónica discoteca, originalmente llamada Molí Blanc de Jávea, "es un lugar que evoca una gran cantidad de recuerdos y añoranzas entre varias generaciones de la costa mediterránea", señala el negocio en su página web.
Desde entonces, el local ha sido testigo de los veranos turísticos en la Marina Alta desde finales de los años sesenta, "donde los abuelos de aquellos que hoy la disfrutan han bailado y se han relacionado en sus pistas y jardines", señalan.
Tanto es así que esta sala llegaría a alcanzar fama internacional cuando el diario alemán Spiegel la destacó como la mejor discoteca de Europa. Ya ha cumplido 55 años y sigue siendo una referencia para locales y visitantes.
El Molí fue fundado por Juan Sendra, conocido empresario del sector hostelero, también llamado "El Pegolí", quien en 1968 inauguró este lugar como una discoteca-jardín para el turismo emergente y los residentes de verano, principalmente familias de clase media alta de Valencia.
Era la época del flirteo con las extranjeras, de las primeras Vespas y las Bultaco "Lobito", de los primeros cócteles servidos en vasos de tubo y de cuando el baile agarrado dio paso a los primeros bailes sueltos.
La fachada de la discoteca se caracterizaba por un molino a tamaño real, mientras que su interior se dividía en varios espacios y ambientes con diferentes pistas y música, "además de un hermoso jardín bien cuidado, ideal para conversaciones relajadas y para conocerse los chicos y chicas", indican.
Tras una crisis en 2006, la continuidad del recinto estuvo en el aire, ya que debido a años de desgaste estuvo "a punto de desaparecer", añaden. Por suerte, en 2011 fue adquirida por nuevos empresarios del Grupo Rich y volvió a abrir sus puertas.
En el año 2018, se realizó el traspaso y nació un nuevo proyecto, que cambió el nombre de Molí Blanc a Molí Jávea. Desde entonces, ha seguido acogiendo noches de fiesta hasta el día de hoy.