La sofisticación de un destino de lujo con la autenticidad de un pueblo mediterráneo se puede encontrar en la Costa Banca sin necesidad de viajar a destinos famosos mundialmente como Cannes, la joya de la Costa Azul francesa.
Y es que en la Marina Alta hay joyas que transportan a otros países. Altea, con sus casas blancas, cúpulas y aguas cristalinas, lleva a sus visitantes a Santorini, mientras que Calpe recuerda a Río de Janeiro y sus playas con su peñón.
Jávea se suma a la lista y rivaliza de tú a tú con la localidad francesa. Al igual que el famoso puerto de Cannes, el puerto deportivo de Jávea es un símbolo de elegancia y distinción. Con su bahía llena de yates y veleros, este lugar evoca la atmósfera exclusiva del Vieux Port de Cannes.
Las playas de Jávea podrían compararse con las de la Croisette, el famoso paseo marítimo de Cannes. La playa del Arenal, con su arena fina y dorada, es el equivalente al glamuroso Boulevard de la Plage de Cannes.
Para quienes buscan un entorno más exclusivo y natural, la cala Granadella es comparable a las calas privadas que rodean Cannes. Esta joya escondida, rodeada de acantilados y pinos, ofrece aguas cristalinas ideales para el snorkel y el buceo.
Mientras que Cannes es conocida por su modernidad y su arquitectura contemporánea, el casco antiguo de Jávea es un laberinto de calles estrechas y empedradas que respiran historia.
Vistas de Cannes.
Así, el parque Natural del Montgó, que domina el paisaje de Jávea, es comparable a las colinas que rodean Cannes, como el barrio de Le Suquet. Este macizo, que se eleva 753 metros sobre el nivel del mar, ofrece rutas de senderismo con vistas del Mediterráneo.
Desde la cima del Montgó, las vistas de Jávea y Denia son tan llamativas como las que se obtienen desde las colinas de Cannes. Además, el parque es hogar de una gran variedad de flora y fauna, lo que lo convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza.
La gastronomía de Jávea, al igual que la de Cannes, combina el lujo con la tradición. En Jávea, los platos de pescado y marisco fresco, como la gamba roja de Denia o el caldero, son imprescindibles. Estos manjares podrían rivalizar con los que se sirven en los restaurantes de alta cocina de la Croisette. Además, Jávea cuenta con una rica tradición vinícola, con bodegas locales que producen vinos de gran calidad.