Hace unas semanas, coincidiendo con el gran acto que quería hacer Ximo Puig en Alicante para sacar pecho ante la inminente desescalada, una persona próxima al jefe del Consell me comentó que el poder de José Luis Ábalos en Madrid era "menguante". Entonces no di el crédito suficiente a aquella afirmación, pero la apunté en mi cuaderno.
Ayer, ante las primeras informaciones de EL ESPAÑOL sobre la crisis de Gobierno en Moncloa, recuperé la página en la que había escrito sobre las relaciones de Ábalos con Pedro Sánchez y las de éste con Ximo Puig. Todo cuadraba. Como periodista me alegré de haber contado con información fidedigna de una buena fuente y al mismo tiempo me molestó el hecho de no haber sabido distinguir entre lo que era una buena información y una simple intoxicación de parte.
Poco a poco se fueron confirmando nombres. También caía del Gobierno el astronauta Pedro Duque, cunero número uno de la lista socialista por Alicante que en su momento se justificó en el hecho que veranea en Xàbia. Ximo Puig no había conseguido en 2019 colocar a ninguno de los suyos en las cabezas de cartel de su partido el Congreso y luego para formar parte del Consejo de Ministros. Ayer cayeron los dos.
Ahora entra el Gobierno nacional Diana Morant, alcaldesa de Gandía, como ministra de Ciencia e Innovación. Sustituye a Duque y se convierte en la única política de la Comunidad Valenciana en entrar con derecho propio en el círculo íntimo de Moncloa.
Morant es la heredera de José Manuel Orengo en la ciudad valenciana. Y Orengo fue uno de los más fieles colaboradores de Puig durante años. Doy fe porque le conocí bien. Tenía el perfil político del perfecto "fontanero" para el líder socialista castellonense y relaciones personales inmejorables a izquierda y derecha. Incluso familiares, ya que su es otro de los peones más eficaces del presidente de la Generalitat: Alfred Boix.
Alicante queda demasiado lejos de Gandía como saber las relaciones actuales entre Morant y Orengo, pero visto lo visto con Ábalos es un asunto al que prestar atención. ¿Ha conseguido Puig acercar a uno de los suyos al Gobierno central al tiempo que Sánchez se deshace de Ábalos?
¿Y que significa la destitución de Ábalos en el futuro del PSOE en la Comunidad? Acto seguido envío unos cuantos Whatsapp a referentes del sanchismo en Alicante. Alguno me responde con un simple contundente: "estoy en shock". Otros ni siquiera contestan.
Cabía la posibilidad de que se estuviese fraguando un desembarco del exministro de Fomento en el territorio ahora que se acercan los congresos. Ante el silencio de mis fuentes, lo descarto por ahora. Pero en política, todo cambia en unos minutos. Y si no, que se lo digan a Ábalos o Duque.