El lunes se celebra la moción de censura de los díscolos de Cs, PSOE y Podemos (Cambiemos) en la capital de la Vega Baja, Orihuela. Salvo sorpresa de última hora, desbancarán al alcalde popular, Emilio Bascuñana, de la Alcaldía. Pero esta no será la única consecuencia de una operación política sin sentido ni argumentos.
Quienes más conocen la política oriolana de los últimos 30 años, siguen asombrados porque los cinco concejales de Cs hayan decidido pactar a un año de las elecciones con el PSOE de la portavoz Carolina Gracia, que ha perdido dos elecciones municipales y unos comicios internos.
Si lo que quieren esos cinco concejales es mantener sus sueldos un año más, lo tienen fácil. A partir de mayo de 2023 su carrera política será nula. Empezando por el portavoz, José Francisco Aix, que tendrá que volver a su trabajo de profesor de Secundaria. ¿O es que piensa que va a sobrevivir al proceso de renovación política que se le viene encima?
Y el resto, lo mismo. ¿No habría sido más fácil aguantar unos meses y protagonizar en la ciudad la reunificación del centroderecha en el que ya trabajan Inés Arrimadas y Carlos Mazón? Todos los analistas políticos de la Vega Baja coinciden. Esta moción de censura sólo favorecerá a Vox, creciendo cada día en la comarca, si consigue presentar a un candidato local de tirón.
El PSPV-PSOE de Ximo Puig no lo tendrá más fácil. La ciudadanía oriolana ya le ha dicho dos veces a su portavoz, Carolina Gracia, en las urnas, ni no convence. Tanto que parte de su partido le ha dado la espalda en los comicios internos de la secretaría provincial. ¿Para qué quiere el PSOE "consolidar" a una política que a buen seguro le llevará a otra escandalosa derrota en 2023?
El PSPV-PSOE tuvo en los comicios de 2019 su gran oportunidad de cambiar las tornas en la comarca. Consiguió 13 alcaldías de 27, dos más que el PP. Pero Puig ha dilapidado ese potencial prometiendo muchas ayudas tras la DANA pero no haciendo nada y plegándose a las exigencias de Compromís para imponer una inmersión lingüística impostada en una comarca que no quiere saber nada del valenciano.
Por no hablar de la situación sanitaria en el Hospital de Torrevieja que da, o mejor dicho daba, servicio a media comarca. O el controvertido Plan de Actuación Territorial que quiere dinamitar el turismo residencial y abocar la comarca a un futuro eminentemente rural. En unos meses, veremos los resultados.
La moción de censura da una oportunidad de oro al PP de Carlos Mazón para armar una auténtica renovación de sus cuadros y candidatos en la ciudad, donde el partido lo preside una gestora. Y con un poco de cintura, acabar con los restos del CL, CLR y actualmente Cs, que sólo sigue los dictados de un empresario con nombres y apellidos.
Que la izquierda no se queje dentro de un año si una alianza entre PP y Vox funciona como una apisonadora en Orihuela y en la Vega Baja. Entonces, que le pidan responsabilidades a sus concejales oriolanos.