Ya se han despejado las firmas pirotécnicas que participaran en el concurso de mascletàs que se celebrará entre el 18 y el 24 de junio. Ambas con costes más menguados que no atienden la fuerte subida de materias primas. Al mismo tiempo, con menos disparos, y recuperando el emplazamiento de la plaza de Los Luceros, lo que ha provocado la protesta y la denuncia de la asociación ‘Salvem el Nostre Patrimoni’, que ha llevado el mantenimiento de dicha ubicación hasta Fiscalía.
Partiendo de la muy menguada representación numérica que alberga dicha agrupación, de marcada ideología, y que por cierto nunca existió cuando gobernaba la izquierda en nuestra ciudad, es evidente que el equipo de gobierno tiene ganada la batalla de la ciudadanía a la hora de mantener estos disparos en este centro neurálgico. Algo que tan solo unas poco probables -aunque no descartables- medidas cautelares desbaratarían en dicha intención municipal.
Hace poco, revisaba una película de las hogueras de 1988 -aún no se disparaban las mascletàs en Luceros- y en ella se veía una fuente en un estado que hoy día resultaría inadmisible, pero entonces no había plataformas de este tipo. Esa misma circunstancia, además de su clara lectura política, sí que alberga la cívica, y es positiva. El paso de varias décadas, ha permitido en nuestra sociedad una creciente alza en la sensibilidad ciudadana, a la que no debe quedar al margen esa eterna batalla Fogueres – Alicante.
Por ello, me atrevería a señalar que, en esta cercana edición, en la que nuestra ciudad necesita imperiosamente la calidez del retorno de nuestro fuego, sus mascletàs se disfruten en la acostumbrada Luceros. Se van a disparar siete sobre las trece de 2019 y la intensidad de las mismas se va a reducir -luego que no se quejen los puristas, ya van avisados-.
Sin embargo, y esto es algo que ya comentaba en 2019, creo que debería ser la última ocasión en que estos disparos se realicen en dicho emplazamiento. Ya sería el momento de hacer pedagogía, y de asumir esa espada de Damocles que en los últimos años se cierne sobre nuestra Fiesta.
Es cierto que el centro de Alicante no es pródigo en emplazamientos adecuados, como también lo es que distribuirla por barrios le haría perder su personalidad -¿Hasta en eso se tiene que meter la dichosa plataforma?-. No obstante, hace tiempo que he venido comentando que Alicante dispone de un emplazamiento que otorgaría a estos disparos de un alcance suplementario.
Me refiero a la zona Volvo, que es cierto limitaría relativamente la afluencia de público, pero ofrece considerables ventajas. No estorbaría el tráfico, permitiría unos disparos de mayor calado y, lo que es más importante, ligaría este certamen al mayor rasgo natural que albergan les Fogueres; su mediterraneidad.
No me quiero imaginar el impacto visual que albergarían unas mascletás con una imagen televisiva que combinara un fondo marítimo y, en su vertiente opuesta, el inigualable perfil de nuestra ciudad con el fondo del Benacantil.
En ocasiones, de las situaciones en apariencia más complejas se puede emerger con ideas renovadas. Es quizá el momento, tras este inminente ciclo 2022, de cerrar la puerta -sin estridencias, con racionalidad- al ciclo de Luceros, y encaminar un concurso que de cara a 2023 hay que revitalizar a todos los niveles -en especial el económico-, demostrar que se alberga sensibilidad, audacia y capacidad renovadora. Mascletàs junto al mar… Podría ser!