Pocos conocerán que, hasta la segunda mitad de los cincuenta, les Fogueres carecían de una sólida estructura de desfiles. Con la excepción la Entrada de Bandas, la Ofrenda aparecía poco más que un pasacalle de corta participación, y se sucedieron iniciativas con escasa continuidad, como la Ofrenda de la Huerta a la Ciudad o la Cabalgata del Ninot.
Esa carencia fue resuelta al llegar Gastón Castelló a la Presidencia de la Comisión Gestora, creando dos cabalgatas de notable relieve; el Desfile Folklórico de la Provincia y el Desfile de Doña Violante. El segundo de ellos tuvo corta andadura al suprimirla Tomás Valcárcel mediados los sesenta. Sin embargo, el primero ha prolongado su existencia durante más de seis décadas, dos terceras partes de la historia de nuestras fiestas.
Así pues, la tarde del 23 de junio de 1956, desde el Parque de Canalejas discurría la comitiva de aquel primer desfile, donde destacó la presencia de la Gloria de Alcoi, contándose con importantes representaciones del rico folklore provincial, que engrandecieron unas fiestas necesitadas de nuevos alicientes.
En aquellos años, el bueno de Gastón se encontró con innumerables problemas. Bandas que no acudían, carrozas a las que le faltaban tractores, tranvías que discurrían por el itinerario... Sin embargo, la iniciativa pronto se consolidó, conservando nuestro artista el gran recuerdo de 1960, cuando la práctica totalidad de las fiestas de Villena -unos 1300 moros y cristianos- inundaron las calles alicantinas en una recordada embajada.
La llegada de Tomás Valcárcel al mando de la Fiesta durante casi dos décadas, marcó una barroquización de la misma, que posibilitó la creación de nuevos desfiles -Cabalgata del Foc, Coso Multicolor, Coso Infantil-. Valcárcel intuyó la potencia de esta cabalgata provincial, y en todo momento acercó les Fogueres a los diferentes rincones provinciales.
Esa cercanía propició que embajadas de numerosas poblaciones engrosaran este desfile con el paso de los años, en paradas que algunos casos sobrepasaron las cuatro horas de duración. Y es que a Valcárcel, al contrario que a Gastón, más proclive a un folklore más puro, le gustaba todo aquello que denotara barroquismo; carrozas, reinas de fiestas, majorettes…
La llegada de la democracia municipal mejoró innumerables facetas de les Fogueres, pero también relegó a elemento secundario los desfiles, aunque creciera la importancia de la Entrada de Bandas y, una década después, la Ofrenda de Flores. Fruto de esta circunstancia el Desfile Folklórico seguiría teniendo un enorme tirón de público, pero decrecería durante bastantes años en calidad e importancia.
No sería hasta la llegada de Conrado Albaladejo al mando de la Festa, cuando a partir de 1987 se toma con empeño este desfile -que diseñaba personalmente-, que pronto adquiriría la categoría de internacional, contando con generosos presupuestos. No solo desfilarían representaciones extranjeras, sino fiestas nacionales de enorme importancia -Carnaval de Tenerife, Tamborrada de San Sebastián-. La creación aquellos años de Canal Nou-TVV favoreció la difusión de un desfile que se erigió como referente en la noche más expansiva de les Fogueres.
Esos rasgos fueron prolongados en las gestoras presididas por Luis Botella -que en 1994 trasladó este desfile al 25 de junio- y, muy especialmente, Andrés Lloréns. Sin embargo, parece fruto del pasado la repercusión de esta cabalgata. Los últimos años, sobre todo debido a una carencia presupuestaria, ha ido decreciendo la calidad del mismo, pese a que año tras año el público siga abarrotando el itinerario oficial cada 23 de junio.
Es quizá el momento de apelar a su importancia, insuflándole un especial cariño al diseñar sus contenidos y, lógicamente, una dotación presupuestaria acorde a su importancia. Tiempo hay para ello.