Uno de los temas foguerers más comentados en los últimos días es ratificar la ruptura de una tradición no escrita -otra más-, que contempla a la nueva bellea del foc vistiendo el traje de novia alicantina, sin haber sido proclamada y con su banda impuesta, algo para lo que tendremos que esperar hasta el próximo enero. Una vez más, la falta de previsión y carencia de formas campan por sus respetos.
Todo esto eran elementos que no existían, ni de lejos, en la década de los cuarenta, tan llena de penurias. Sin embargo, a mediados de dicha década -en concreto entre 1944 y 1946- se conoció un extraordinario florecimiento de comisiones infantiles en nuestras hogueras, algo de lo que por desgracia se cuenta con muy escasa documentación.
La ceguera de la comisión gestora que presidía el por otro lado titánico Ramón Guilabert y en la que tanta influencia tenía Tomás Valcárcel, a la hora de coartar esa presencia de pequeños y espontáneos foguerers -entonces al margen de las comisiones adultas- estoy convencido que coartó una vía en la que nuestras fiestas hubieran crecido mucho más robustas en aquellos años tan duros.
El caso es que fruto de esa inquietud, y merced a la iniciativa auspiciada de manera libre en 1945 por Antonio Pomares -el posteriormente conocido Sargento Moquillo- se convocó un acto en pleno junio, en el solar del que posteriormente sería el cine Rialto, situado en la calle Sevilla.
Allí, entre la nutrida presencia de comisiones, sería elegida bellea del foc infantil la niña Dalila Compañ Poveda, de la foguera infantil de la calle Belando, siendo sus damas de honor las representantes de la calle Nueva Baja y Plaza del Puente, Mari Pepa Martínez y Rosita Vidal, respectivamente.
Ambas fueron investidas la mañana del 24 de junio, en un acto celebrado en el Teatro Principal, bajo el título ‘Maravillas Infantiles’ y con la actuación de los niños del Hogar Provincial. El propio gobernador civil agasajó a las proclamadas, que llegaron hasta el acto en coche de caballos. Pero sucedía que la iniciativa no había corrido con la organización de la comisión gestora.
Por ello, al año siguiente, la entidad rectora decidió retomar esta elección. Del mismo modo, en el Teatro Principal, la tarde del 23 de junio de 1946. La publicidad del acto señalaba expresamente -y torpemente- “Elección de la primera Bellea del Foc Infantil 1946 y sus damas de honor”.
Era la primera, de aquel año, claramente, pero a la elegida en aquella convocatoria, Teresita García González, de la comisión infantil de la calle de San Fernando, la propia Dalila Compañ le impuso su banda correspondiente. Fue una convocatoria en la que participaron más comisiones infantiles que las 25 adultas de aquel año, señal de la vitalidad de esta parcela pronto abortada.
La interesada y dilatada ocultación de este precedente fue subsanada la tarde del 5 de noviembre de 1996, cuando en la sede de la comisión gestora que presidía Andrés Lloréns, entonces ubicada en la calle Serrano, se oficializó la figura de Compañ como primera representante femenina infantil de les Fogueres, por más que la iniciativa corriera al margen de los estamentos oficiales del momento. Dalila donó en 2003 sus dos bandas acreditativas -la de su comisión y la de bellea del foc infantil 1945- que se encuentran expuestas entre los fondos del Museu de Fogueres.