Carlos Mazón (PP), presidente de la Generalitat Valenciana, dio ayer la cara ante los representantes de la ciudadanía en la Comunitat Valenciana. Esto ya es mucho más de lo que ha hecho el Gobierno central a través del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de gira internacional para lamentar que el Cambio Climático ha provocado más de 200 muertos en la región, y casi una decena en Castilla-La Mancha. Y la responsable de los barrancos, la que debería haber hecho las obras que salvan vidas o en su defecto al menos informar de modo leal sobre el aumento de caudales en los cauces, en Bruselas pidiendo árnica.

Mazón hizo ayer un ejercicio de transparencia explicando, casi minuto a minuto, las decisiones que se tomaron el 29 de octubre con la información disponible. En una tediosa pero nítida intervención de más de dos horas y media narró los dos escenarios que se plantearon, el publiométrico (lo que llovió) y el hidrológico (las avenidas de agua que provocaron la lluvia). Este último, diferente respecto al río Magro del barranco del Poyo. 

Lo mismo dio. Todos, incuidos sus antiguos socios de Gobierno, cuestionaron esas explicaciones. El famoso relato. Los famosos bulos. Mazón aseguró que puede demostrar cada uno de los datos que ofreció. Ni por esas, fue la oposición total al presidente de la Generalitat, quizás merecida o quizás no, que cada uno opine lo que quiera. Si finalmente esto termina en los tribunales, conoceremos todos los detalles.

Pero fue tras esa primera intervención cuando emergió el mejor Mazón en su peor momento. Incluso después de las amenazas del portavoz de Compromís, Joan Baldoví anunciando que no podrá salir a la calle a partir de lo sucedido. ¿Quién incita ahora a las agresiones verbales o físicas? La tan famosa como falsa superioridad moral de la izquierda, una vez más.

Incluso después de que el portavoz del PSPV-PSOE, José Muñoz, propusiese al PP la peregrina idea de relevarle y que en vez de convocar elecciones -lo que podría generar un ascenso de la "antipolítica" y de los partidos radicales-, que nombre a un técnico para dirigir la Comunitat Valenciana. ¿Para qué? ¿Para que el PSOE de Pedro Sánchez que es en buena parte responsable de lo sucedido saque los réditos políticos que no les dan las urnas en la región? 

Mazón exigió al resto de fuerzas políticas que en apenas 30 segundos diesen un paso adelante y se comprometiesen en la reconstrucción, aunque luego continuasen las críticas y descalificaciones. Vox lo hizo, con sus peros, con sus críticas, pero lo hizo. El resto (PSPV-PSOE y Compromís) se enrocaron en la exigencia de la dismisión del presidente valenciano.  

"Si no soy capaz de liderar la reconstrucción, asumiré mi responsabilidad política no presentándome a la reelección". Alto, nítido y claro. La pelota queda en el tejado de la izquierda ahora. ¿Van a continuar el resto de la legislatura con el mismo tono poco constructivo? ¿Poniendo palos en las ruedas? ¿Van a promover una comisión de investigación en las Cortes Generales como la que va a poner en marcha el PP en las Cortes Valencianas?

Quedan dos años y medio hasta las elecciones de mayo de 2027. En política, cuando todo puede cambiar en un día como sucedió el 29 de octubre, eso es un mundo. Durante las dos semanas pasadas en esta misma columna que hoy adelanto a su fecha dominical, he pedido que los partidos moderados vuelvan a la senda del diálogo, del acuerdo, de la colaboración. Después de lo visto ayer en las Cortes Valencianas creo que ha sido como clamar en el desierto.