Alicante

El invierno ya toca a su fin, los días se han cada vez más largos y la comarca de la Vega Baja sigue sin mojarse. Tras haber vivido uno de los otoños más secos de su historia y uno de los inviernos más calurosos que se recuerda, los agricultores de la comarca empiezan a alertarse por la falta de lluvias.

Concretamente, el último día durante el cual se registró una cantidad considerable de agua en la Vega Baja fue el 15 de septiembre de 2023. A lo largo de esta jornada se registraron 15 litros de agua por metro cuadrado, una cantidad que no se ha vuelto a producir durante estos cinco meses.

Durante el mes de enero, se registraron máximas de 27ºC grados y sensaciones térmicas de 40ºC grados. En una entrevista el pasado mes, el meterologo pedro Gomez alertaba que este aumento de las temperaturas lleva aparejado otro factor que preocupa: "En cuanto a lluvia, ni hablamos, porque no se ven lluvias relevantes ni a corto ni a medio plazo". Una señal más de la extensión de la sequía que ya están sufriendo en Cataluña y Andalucía. Como recalca, "si no llueve ahora es una ruina". 

Marina Baixa

La pasada semana, se ha conocido cómo el Consorcio de Aguas de la comarca de Marina Baixa tomó medidas para paliar las consecuencias del otoño "más seco de la historia". Así como la necesidad de recurrir a aportes externos y adicionales del recurso hídrico este verano, si no se producen lluvias a lo largo de esta primavera. 

Este Plan de Emergencia contempla tres escenarios diferentes que se han puesto de manifiesto en la sesión. El primer escenario pasa por una ausencia total de lluvias durante la primavera, lo que conllevaría que a finales del mes de junio la Marina Baixa entraría en situación de emergencia y serían necesarios aportes externos cifrados entre 3 y 5 hectómetros cúbicos. Este sería el escenario más pesimista.

[Adiós al invierno esta semana en la provincia de Alicante con máximas de 27 grados]

El segundo pasaría por recibir las lluvias habituales en esta estación, con lo que los aportes externos serían también los habituales. El último escenario previsto plantea la llegada de precipitaciones en primavera, pero no de forma suficiente. De ser así, los aportes externos previstos para el verano se situarían entre uno y tres hectómetros cúbicos.