Con un sistema de cultivo sostenible, la brisa marinera y con mucha pasión y amor. Así nacen los limones de La Limoneta de las 10 hectáreas de limoneros situados en la localidad de Los Montesinos.
Aunque la alcachofa sea la irremplazable joya de la comarca, los cítricos de La Limoneta representan sin duda la calidad y la exclusividad de la agricultura de la comarca.
Con más de 50 años de historia, los limones de La Limoneta son reconocidos por combinar calidad con una atractiva apariencia física. Marta Gutiérrez Blanco, también conocida como "Limoneta Limoneta" en Instagram, se encarga de divulgar "todo lo que hay detrás de mucho trabajo con los limones, pasión y amor" en las redes sociales.
Originaria de Bilbao, Marta aterrizó hace unos años en la Vega Baja por amor y acumuló varios pequeños trabajos por la zona antes de involucrarse de lleno en la agricultura y "ayudar en lo que pueda" a su marido Juan Luis Paredes, propietario de las tierras de cultivo de La Limoneta.
"Si la vida te da limones, disfrútalos al sol". Con este lema empezó a crear contenido en redes sociales para "dar a conocer el trabajo del trabajo ligado a los limones, y la parte más bonita de lo que es el cultivo de la tierra".
Considerándose a ellos mismos como "un pequeño cultivo", La Limoneta cuenta con 10 hectáreas de limoneros cultivados de forma natural. Unas tierras que prevén "ampliar" en los próximos meses.
¿En qué destaca el limón de La Limoneta? En palabras de Marta, sus clientes se decantan por sus limones debido a su gran calidad y a su aspecto: "La gente que nos conoce sabe que utilizamos un método de cultivo natural y sostenible, además de pasearnos personalmente por los limoneros para comprobar que todo esté bien", asegura.
Métodos naturales
Aunque los limones de La Limoneta no tengan el sello de agricultura ecológica, la forma en la que cultivan sus limones reside en utilizar métodos naturales y sostenibles de cultivo.
"Por normativas vigentes estamos obligados a utilizar algunos pesticidas suaves y poco agresivos, pero en el día a día apostamos por métodos naturales", asegura Marta. Prueba de esta apuesta por lo natural es el proyecto que La Limoneta está desarrollando para acabar con los insectos invasores y dañinos para los limoneros.
Desde La Limoneta prevén instalar pequeñas casetas de varias especies de insectos que coman a las especies invasivas para iniciar un camino hacía la sostenibilidad.
Otro recurso del que dispone La Limoneta es el agua. Gracias a la construcción de una balsa, pueden almacenar agua de lluvia para, junto con agua proveniente del trasvase, utilizar el sistema de riego a goteo "para no desperdiciar ni una sola gota de agua". Un sistema de riego que les ha permitido no sufrir demasiado las consecuencias de la sequía y mantener su producción anual en 500.000 kilos de limones.
Visión de futuro
Cultivar limones de alta calidad y de un amarillo llamativo por su pureza tiene sus frutos (literalmente). Como visión de futuro y con el fin de ampliar su producción y su clientela, La Limoneta tiene previsto llevar a cabo varios proyectos.
La implantación de la venta online de limones en su página web sería un posible proyecto a largo plazo, así como lo es la adquisición de nuevas tierras y la plantación de una nueva variedad de limonero "sin pinchos ni pepitas".
Y es que recolectar limones es toda una aventura. Debido a la presencia de muchos pinchos en sus ramas, la recogida de este cítrico se vuelve en una tarea ardua y de mucho esfuerzo para los agricultores. "No hay veces en las que no me engancho con algún pincho cada vez que vamos a recoger limones", confiesa Marta.
En el terreno de las redes sociales, la agricultora tiene previsto seguir compartiendo contenido sobre los secretos del cultivo del limón al igual que lo ha hecho hasta ahora. Además, piensa empezar a subir recetas a base de limón, tutoriales sobre cómo exprimir bien un limón, así como "todo tipo de contenido que muestre el cariño y la pasión que le dedicamos a nuestros cultivos". "Queremos transmitir lo bonito de la agricultura, alejándonos de toda la imagen triste y enfadada del agricultor que solemos ver en las noticias", finaliza.