Los vecinos de la Vega Baja se movilizan para salvar la vida a centenares de cabras que podrían ser cazadas para evitar que bajen a los pueblos en busca de alimento y bebida, una imagen que se repite cada año a causa de la sequía.
Los municipios de Cox, Callosa de Segura y Redován han mantenido una reunión para "atajar el problema de superpoblación de cabras en la sierra de Callosa de Segura y acometer las mejor solución en base a la normativa, tanto para los animales como para la población", ha manifestado en sus redes sociales el consistorio de Cox.
Ante el temor de que "la mejor solución" sea acabar con decenas e incluso cientos de estas cabras domésticas, se ha convocado una manifestación el próximo sábado 27 a las 18:00 horas en Callosa de Segura.
A pesar de la preocupación, el Ayuntamiento de Cox asegura a este diario que "en ningún caso se pretende cazar a las cabras, se está buscando una localización para trasladarlas que sea más idóneo, ya que son invasoras y causan un problema para el ecosistema".
Las reuniones van para largo, pues se trata de un probléma histórico que no se ha conseguido solucionar en cuatro décadas. Los municipios seguirán explorando soluciones para "tomar una medida que sea buena para todos, para la tierra, para las cabras y para los pueblos", aclaran fuentes municipales de Cox. Con los otros dos consistorios no se ha podido contactar hasta el momento.
Por otro lado, una petición en Change.org con el lema 'Salvemos a las cabras de la sierra de Callosa de Segura, Cox y Redován' acumula ya cerca de 1.500 firmas. En el escrito explican "se debe actuar cuanto antes para garantizar una salida digna y que no conlleve ningún perjuicio para las cabras. Lo único que pedimos es que sean reubicadas en sitios donde puedan vivir tranquilas y con los medios que aseguren su supervivencia".
Buscan repetir el éxito de las protestas realizadas en 2021, cuando el Ayuntamiento de Callosa de Segura estuvo "capturando cabras para que se las llevara un cabrero para comercializar con ellas. Conseguimos paralizar la captura hasta encontrar refugios o santuarios que pudieran acogerlas".
Los animales están sedientos y hambrientos y corren el riesgo de morir de inanición si no consiguen bebida y alimento del que alimentarse en los pueblos, donde se las ve pasear sin miedo y beber incluso de las fuentes de parques y plazas ante su desesperación.
Desde hace 37 años, las cabras habitan en la sierra, siendo uno de los elementos más característicos y reconocibles del paisaje. Se trata de cabras domésticas que fueron abandonadas a su suerte y se han ido reproduciendo de forma descontrolada.
Fauna salvaje en el Monte de Alicante
La Unió Llauradora ha realizado un estudio sobre los efectos que causa anualmente la fauna salvaje y cifra los daños en decenas de millones. Todos estos animales son herbívoros por lo que se alimentan de una amplia variedad de plantas, incluyendo las cultivadas por los productores de la zona.
Denuncian que, a la sequía que mata las plantaciones, se sume el descontrol de la fauna salvaje, a la que consideran "una amenaza creciente", ya que en tiempos pasados eran considerados parte del atractivo natural de la zona, pero "ahora convertido en una preocupación significativa para los agricultores".