Elche

La empresa de calzado Slowwalk lleva casi una década diseñando zapatos totalmente sostenibles. Su impulsor, Juan Caparrós, viene de familia con tradición zapatera. En el año 2013 decidió sacar su propia línea de calzado, hecha a partir de materiales reutilizados u otros componentes extraídos provocando el menor impacto posible en la naturaleza.

Su producto estrella, la zapatilla fósil o neoalpargatas como el equipo las llama cariñosamente, están hechas con el hilo obtenido de las botellas de plástico. Ahora, están desarrollando la forma de sacar al mercado zapatillas hechas con piel reciclada, un material que todavía no está muy desarrollado.

De moda y ecofriendly

La empresa, con sello ilicitano, ofrece dos colecciones diferentes, la serie vegana y la ecológica, ambas enmarcadas bajo el paraguas de la sostenibilidad. Para aquellos que quieren ir a la moda pero sin intervención animal, la marca ofrece más de 50 modelos de calzado con un aire divertido y casual.

La serie vegana tiene la particularidad de que el 99% de los materiales que se utilizan para su fabricación son reciclados. Desde las cordoneras hasta los pisos han tenido una otra vida en el pasado.

El diseñador Juan Caparrós hace hincapié en que vegano no es lo mismo que sostenible. La condición para que un zapato sea sostenible es que utilice material que previamente se haya reciclado. Por ejemplo, “el corcho que utilizamos no es reciclado, pero proviene de un bosque con certificado medioambiental”.

La línea ecológica sí que está compuesta a base de tejido animal, pero tiene la particularidad de que no utiliza químicos en su curtición, sino tinte vegetal, sin cromo. Por lo que se aminora bastante la huella ecológica. Al margen de eso, el resto de componentes son reciclados, como el hilo de coser que utilizan, proveniente de botellas de plástico recicladas.

Slowwalk colabora con SEAQUAL, una iniciativa con la que se pretende limpiar las aguas del mar de la basura que tiran los humanos, para posteriormente dar una segunda vida al plástico del Mediterráneo.

El equipo ha utilizado de todo tipo de materiales en la elaboración de los zapatos, desde celulosa hasta maíz. Pero ahora quieren ir más allá y están estudiando cómo conseguir utilizar piel reciclada. Un componente que según Juan Caparrós todavía nadie ha conseguido elaborar.

Ahora es un objetivo a medio-largo plazo pero necesitan el apoyo de sus clientes para lograrlo. “Estamos haciendo zapatos sostenibles pero también necesitamos que haya un mínimo interés por parte del público”. 

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