Los yacimientos arqueológicos sirven para conocer el pasado del ser humano. ¿Cómo eran?, ¿qué pensaban? o ¿cuáles eran sus costumbres?, son algunas de las cuestiones que la historia ha podido responder gracias a la concentración de restos arqueológicos que han sobrevivido al paso del tiempo.
La provincia de Alicante tiene varios yacimientos de gran interés histórico. Pero, este artículo hablará de tres en concreto: el santuario de Pla de Petracos, el Tossal de Manises y la Illeta dels Banyets; todos gestionados por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).
El el municipio de Castell de Castells se encuentra el Santuario del Pla de Petracos, uno de los yacimientos de arte rupestre más importantes de la Comunidad Valenciana. En concreto, se trata de un conjunto de abrigos y una cueva ubicada en el Barranc de Malafí, rodeados por el mar y las sierras de Aitana, Mariola y Benicadell.
El yacimiento, descubierto en 1980, está formado por ocho abrigos, cuatro de ellos conservan representaciones adscritas al conocido como Arte Macroesquemático, relacionados con el Neolítico más antiguo. Otro de los abrigos conserva parte de una representación de Arte Levantino, de época posterior a las anteriores.
En el Santuario del Pla de Petracos, la representación de la figura humana cobra gran importancia. En especial, la figura de los orantes, representados con los brazos extendidos hacia arriba. Además, de las representaciones de grupos o parejas, también destacan las figuras geométricas.
En la época en la que se realizaron las pinturas, el lugar era un santuario, un lugar de encuentro y culto para la gente de la zona. Otros temas que se encuentran representado en él son la fertilidad, la fecundidad, el ciclo agrícola o los vínculos familiares.
En el barrio de La Albufereta se encuentra el Tossal de Manises, el solar de la ciudad romana de Lucentum o la antigua Alicante. Según los arqueólogos, fue desarrollado con probabilidad a partir de un asentamiento ibérico. Este yacimiento representa una de las pocas ciudades romanas conocidas con profundidad, y fue declarado como Monumento histórico-artístico en 1961.
Actualmente, se conserva en perfecto estado toda la superficie urbana, que está rodeada por una gran muralla. Por los restos encontrados en la zona, se deduce que el yacimiento se remonta a finales del siglo V o principios del IV a. C.
Durante el siglo III a. C. es cuando se construye la gran fortificación que rodea todo el asentamiento. Sin embargo, a finales de la Segunda Guerra Púnica se destruye toda esta primera pase, y el lugar queda abandonado durante un largo periodo de tiempo. No es hasta finales del siglo II a. C. cuando se reconstruyen las murallas y se levantan nuevas torres. Posteriormente, a mediados del siglo I a. C. se produce una importante reconstrucción de todo el viario urbano. La ciudad vive su época de mayor esplendor durante todo el siglo I d. C.., momento en el que el yacimiento cuenta con sistema de alcantarillado y al menos un templo. A finales de ese mismo siglo, la ciudad vuelve a vivir un proceso de decadencia y abandono.
El espacio vuelve a recuperar su actividad entre los siglos VIII y X d. C., pero esta vez se convierte en un espacio funerario, y se produce la construcción de una maqbara o cementerio, caracterizado por la implantación del rito funerario islámico.
En el término municipal de Campello se encuentra La Illeta dels Banyets, uno de los yacimientos arqueológicos de Alicante descubierto hace más tiempo. Se trata de una antigua península que quedó aislada de la costa como consecuencia de un terremoto. En 1943, utilizan dinamita y vuelven a unir la isla con la tierra, lo que origina un espigón natural, pero en el proceso se destruyó gran parte de la necrópolis prehistórica.
Según explican desde el MARQ, en la actualidad la Illeta dels Banyets es un promontorio estrecho y largo con una superficie de 10.000 metros cuadrados; de los que aproximadamente 4.000 metros cuadrados; conforman el yacimiento arqueológico, teniendo su punto más alto a 7,8 m sobre el nivel del mar.
En el yacimiento se han encontrado restos de lo que parece un asentamiento ibérico, con la presencia de una villa romana. Pero también hay vestigios de materiales islámicos, lo que muestra una ocupación esporádica durante la Época Medieval. Además, los restros encontrados en la Illeta demuestran que el lugar sirvió como un importante puerto comercial con conexión al interior. Asimismo, las primeras muestras de vida se remontan a la prehistoria, más concretamente al periodo Eneolítico.
En tierra firme, junto a la torre de época moderna, se ha descubierto un alfar para la fabricación de ánforas ibéricas, del que se han excavado varios hornos. Otra de las actividades más importantes fueron los viveros de peces, espacios de conservación del pescado, además de la existencia de una piscifactoría.