No son una organización acostumbrada a salir en medios, más bien al contrario. Desde el principio han optado por trabajar en silencio para "rescatar y restaurar" a las víctimas de la explotación sexual que alzan la voz. Un cometido complejo, el de ayudar a las mujeres prostituidas, puesto que ONG como esta, Fiet Gratia, se mueven en un mundo de sombras, sin un cuerpo legal que les ampare y en un contexto, el de la pandemia, en el que el consumo de la prostitución no ha hecho más que crecer de manera paralela a la vulnerabilidad de las mujeres víctimas.
Días después de la celebración de la efeméride Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, charlamos con el alicantino Ezequiel Escobar, director ejecutivo de esta entidad a nivel nacional, donde opera en la Comunidad de Madrid, Galicia y la Comunidad Valenciana, cuya sede está en Alicante.
Fiet Gratia nació en 2009 al calor de la gran crisis económica que había hecho tambalear el sistema económico mundial; los inicios en Alicante tampoco han sido sencillos. Abrieron en 2019, a escasos meses de que la pandemia por Covid-19 obligara a la población a encerrarse en casa durante meses. ¿Se vio reducida la prostitución? Todo lo contrario, aumentó, responde Escobar.
"Ahora volvemos a ver como hay de nuevo prostitución en las calles, pero con el confinamiento proliferó la actividad en apartamentos y desde lugares donde están controladas las mujeres", como son casas o hasta hoteles, explica este abogado especializado en la defensa de los Derechos Humanos.
Fiet Gratia, como entidad reconocida para ejercer un servicio esencial y acreditada en la lucha contra la trata, tuvo que atender a necesidades básicas de las mujeres. "Estaban hacinadas sin acceso a alimentos ni a la higiene por lo que, en colaboraciones con instituciones, les dimos ayudas", explica. También la atención psicológica aumentó notablemente a través del número de emergencias de la entidad 603 244 214, disponible las 24 horas del día.
¿Se puede salir de la prostitución?
Ese es el cometido final de Fiet Gratia. Pero para llegar a ese momento en el que la organización entrega unos diplomas de graduación a las mujeres -y celebran una fiesta-, pasan de media unos 24 meses. Dos años en los que se aúnan las dos ramas de la ONG en Alicante, la detección de la trata y el recurso residencial, y en esta línea se está trabajando en la capital de provincia.
Así, han atendido 427 mujeres en su proyecto de detención, de las que una parte importante proceden de Colombia, Ecuador y Venezuela y con un rango muy variable entre los 20 y 60 años, además de un incremento reciente de identificación de mujeres de origen subsahariano. De ellas han acabado en su residencia 13 mujeres y tres menores de países como Marruecos, Finlandia o España, entre otros.
Sin olvidar 'el despacho solidario', con el que esta ONG atiende a las víctimas sin recursos y también forman a otras organizaciones y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en materia de lucha contra la trata, en Alicante existen dos educadoras sociales, una trabajadora social, una psicóloga, una gobernanta, una red de voluntarias y voluntarios y dos mediadoras, figura fundamental en la labor de detección puesto que ellas provienen del mundo de la prostitución.
El trabajo de "rescate y restauración" en la sociedad va por fases. "Se parte de fase de emergencia, de 3 meses, para que la mujer se sienta segura y empiece a abstraerse", explica Ezequiel de 33 años. Luego se inicia la fase de integración, que incluye la atención psicológica, puesto que muchas arrastran secuelas de la explotación sexual -incluso estrés postraumático- y también se les imparten talleres de formación: "Algunas de ellas no saben ni hacerse una cama", asegura el máximo responsable.
¿No es voluntaria la prostitución?
De la lectura de esta conversación subyace la postura abolicionista de la prostitución que mantiene Fiet Gratia, que significa "dar gratis o sin esperar a cambio". "Consideramos que para luchar por una sociedad igualitaria entre mujeres y hombres, hay que acabar con la mercantilización del cuerpo y de la dignidad e intimidad de las mujeres", responde Ezequiel Escobar.
Por ello, rechazan la regulación de la prostitución porque entiende que en los países donde se ha legalizado, como Alemania o Países Bajos, "la trata ha aumentado y ahora ya no necesitan blanquear el capital". "Nuestro posicionamiento es el modelo sueco, cuyos datos son mucho mejores desde la perspectiva de igualdad real".
¿En qué se diferencia? Allí se ha prohibido esta actividad y se ha optado por sancionar al cliente, el cual "no va a querer que le llegue al buzón de su casa, donde vive su mujer, la multa". Aunque Ezequiel apostilla que "no vale con prohibir", hay que "educar a una juventud y sociedad en general" para evitar que "los chavales y el resto de la población acaben consumiendo". Y para esta tarea "consumir imágenes ficticias de mujeres violadas", en alusión a la pornografía, no ayuda.
Esto nos lleva a otra de las cuestiones que suelen salir ante esta lacra. ¿No es la prostitución una actividad voluntaria para muchas mujeres? "Ninguna chica en Alicante me ha dicho que su sueño cuando era una niña era el de ejercer la prostitución", responde el director. "Toda mujer prostituida ha partido de una situación de vulneración social porque fueron captadas y tratadas o porque consentían al no quedarles alternativas", sostiene. "Y si hubiera casos, tampoco considero que debamos aceptar como sociedad la libre explotación de sus cuerpos, de su dignidad", concluye.