Alicante
El 14 de diciembre de 2002, el Ayuntamiento levantó un monolito en recuerdo del hallazgo que tuvo lugar en ese mismo emplazamiento, en 1963, del que se conocería como el Tesoro de Villena, uno de los hallazgos áureos más notorios de Europa de la Edad de Bronce. A los pocos días, la escultura, hecha de metal, desapareció. Alguien la había robado. 
Ahora, casi dos décadas después, el consistorio de Villena ha repuesto la placa conmemorativa, según ha informado hoy la edil de Cultura, Elena Benítez. La pieza, que sustituye a la original, en esta ocasión ha sido confeccionada en piedra con el objetivo de evitar nuevos actos vandálicos.
La actuación ha sido realizada por la dirección del Museo de Villena que tiene entre sus objetivos poner en valor el lugar del hallazgo, donde se instaló la obra del artista Pedro Parco, un monolito de cuatro metros de altura, que en su parte central cuenta con una pieza en metal en clara referencia a uno de los brazaletes que componen el Tesoro.
 
La nueva placa conmemorativa tiene la misma leyenda que la placa de metal que fue sustraída: “El Tesoro de Villena fue descubierto aquí por D. José María Soler García el 1 de diciembre de 1963”. También la misma fecha cuando fue colocada, el 14 de diciembre de 2002, como si no hubiera pasado el tiempo.

El nuevo monolito.

 
La concejala de Educación considera que “es muy importante poner en valor nuestros espacios y lugares emblemáticos y que entre todos podamos construir una ciudad que respeta su patrimonio. Nuestra cultura, nuestro patrimonio es algo de todos, pero también es un recurso económico de primer orden para nuestra ciudad, nuestros servicios hosteleros y hoteleros, como el propio comercio. Atentar contra nuestro patrimonio es atentar contra toda la ciudad y sus vecinos y vecinas”.

El tesoro 

El Tesoro encontrado está formado, en su mayoría, por piezas de oro: 11 cuencos, fabricados con chapa de oro batido; 28 brazaletes que constituyen el conjunto más numeroso con piezas lisas, molduradas y caladas; tres botellas, y varias piezas diversas.

También lo forman cinco botellas, dos de oro y tres de plata, fabricadas en una sola pieza; dos piezas mixtas – un botón de ámbar y oro y un remate de hierro y oro- y, por último, un brazalete de hierro. En total casi 10 kilos de oro de gran pureza, y más de 600 gramos de plata.

Como recuerda el Museo de Villena, en el mes de octubre de 1963 apareció un brazalete de casi medio kilo de oro, entre las arenas de una obra que se estaba edificando en una céntrica calle de Villena. José María Soler, en calidad de comisario local de Excavaciones Arqueológicas del Ministerio de Cultura recibió la noticia y decidió realizar con sus colaboradores una excavación arqueológica en el lugar de procedencia de aquellas gravas, La Rambla del Panadero, en la vilenense Sierra del Morrón.

Estos trabajos pusieron al descubierto, al atardecer del 1 de diciembre de ese año el Tesoro de Villena, hallado en el interior de una vasija de cerámica que había sido ocultada en dicho paraje.

En cuanto a la cronología, algunos investigadores, entre ellos el propio Soler, aceptan como fecha de la ocultación el año 1.000 a C. Para defender esta hipótesis se basa en varias cuestiones como la tipología de la vasija utilizada para la ocultación, ya que el análisis de la pasta y la forma se corresponden con la cerámica local de los momentos finales de la Edad del Bronce. Por otro lado, la presencia de dos piezas de hierro junto a otras de oro y plata, es fiel reflejo del valor precioso del hierro antes de su uso generalizado para la fabricación de armas y utensilios durante la Edad del Hierro. La introducción de este metal en la Península se relaciona con contactos mediterráneos que se inician alrededor del año 1.000 a C.

Noticias relacionadas