Xàbia ha dado esta semana un paso más para darle una segunda vida a una de las edificaciones más importantes de este municipio: la Casa dels Xolbi o, como se conoce popularmente, Casa de Candelaria. El Ayuntamiento ha adjudicado la redacción del proyecto para su reforma y rehabilitación por 98.000 euros. Anteriormente, en 2005, la adquirió por 486.000 euros para evitar su deterioro y posterior puesta en valor.
Se cree que la casa se construyó antes del descubrimiento de América. En concreto, se estima que sus dos originales pisos (el tercero fue posterior) se terminaron de levantar alrededor de 1470, es decir, en los estertores de la Edad Media, explica a EL ESPAÑOL De Alicante Ximo Bolufer, arqueólogo municipal.
Con él hacemos un recorrido histórico por este edificio singular, inicialmente gótico, que ha tenido diferentes usos y ha sufrido varias modificaciones considerables. ¿Por qué se llama dels Xolbi? Le preguntamos, porque históricamente ha pertenecido a esta saga familiar, cuya referencia más antigua se remonta a Sebastià Xulbe, quien fue notario de la vecina Dénia en 1472.
Antes, esta figura "tenía mucho peso" en la sociedad y decidió construirse su casa dentro de la Vila murada, cuya población entonces no llegaba a las 2.000 personas, frente a las casi 30.000 ahora de esta localidad de la comarca de la Marina Alta.
"Es un edificio del gótico civil mediterráneo", avanza este experto, que constituye "todo un ejemplo de esa burguesía y clase potente" de entonces que, a pesar de sus posteriores alteraciones, sigue conservando como antaño "esos espacios de la alquería o de los patios góticos como la parte más sólida de la vivienda".
Transformaciones
Tuvo transformaciones importantes en siglo XVII, XVIII y, sobre todo, en el XIX cuando, gracias al comercio en torno a la pasa que empezó a abundar en toda la comarca, cuyos frutos o, mejor dicho, beneficios, ayudaron a sufragar una importante remodelación de la vivienda que incluyó la suma de la tercera planta, dejando el inmueble en sus 280 metros cuadrados actuales (y 34 habitaciones).
Otra gran reforma tuvo lugar en 1952, advierte este arqueólogo, cuando el franquismo instaló en sus bajos, en la entrada norte, la Caja de Ahorros del Sureste de España, recuerda Godofredo Cruanyes, el último propietario antes de su venta al municipio. Las excavaciones arqueológicas de hace unos años determinaron que, por esa obra, se trastocaron "todos los niveles arqueológicos", acabando con el suelo y con el pozo que se había utilizando hasta entonces en la casa.
Grafitis de hace medio milenio
En los sondeos arqueológicos de hace una década se descubrieron varios grafitis al picar las paredes de la primera planta, que datan del principio de la construcción. Hechas con carboncillo, pintura roja o con una punta fina metálica, las formas van desde figuras humanas a formas geométricas, pasando por números y cuentas y embarcaciones.
Sobre esta última, se ha podido concretar que se tratan de dibujos "poco elaborados" de embarcaciones mercantes medievales y de pesca. ¿Por qué barcos? "Porque la casa está al lado de la antigua Puerta del Mar y en aquella época se veía desde el primer piso el mar y las barcas que fueron pintadas", responde.
Y, entre las figuras humanas, destacan las de un hombre y una mujer "en una actitud galán", cogidos de la mano y "seguramente bailando". Ella, con una larga falda y él, con un sombrero alto de forma cónica, "deja bien claro que se trata de personajes cortesanos".
Pero, el grafiti más interesante es el de la figura de un hombre, recto, representado con una espada corta en la mano derecha, y un pequeño escudo circular en la izquierda. Por "la actitud del joven, su indumentaria y armamento, remite otra vez a una figura cortesana, a un personaje acomodado, quizás, uno de aquellos ricos propietarios de la familia Xolbi" que, a mediados del siglo XV, levantó este palacete, se puede leer en palabras de Ximo Bolufer en un artículo sobre las Jornadas de Arqueología de la Comunidad Valenciana.
Por cierto, ¿por qué se conoce también como casa Candelaria? Le preguntamos. Porque en la planta baja, responde, hubo una mercería en los años 70 del siglo XX que se conocía así, por el apellido de su propietaria, "aunque en realidad está mal dicho porque ella llamaba a su tienda Candlaria, sin la 'e'".