"Me he dado cuenta de lo importante que es mirarse al espejo y verse completa", explica Gema Adán Ferrández, tras haber recuperado su pezón con un tatuaje 3D en el Hospital Universitario del Vinalopó en Elche. Este centro, gestionado por el grupo sanitario Ribera Salud, es el único centro en la provincia que realiza la técnica.
Esta crevillentina pasó por una doble mastectomía tras sufrir cáncer de mama. La historia comienza con una revisión periódica ginecológica en 2013. Adán se nota un pequeño bulto en el pecho, que al principio no parece tener demasiada importancia. Pero la especialista insiste en realizar más pruebas y tras una mamografía y una posterior ecografía llega la biopsia. "Gracias a dios" llegan a tiempo, y en la misma operación le hacen la mastectomía, y no necesita de ninguna otra medicación para recuperarse. Pero pasan un par de meses y la paciente no está tranquila, un líquido raro y "oscuro" le sale del otro pecho.
En una de las revisiones periódicas por la operación, Adán se lo comenta su médico, quien le dice que "no pasa nada". Al final es ella misma quien sigue insistiendo y tras realizarle otra serie de pruebas, los especialistas se dan cuenta que es mucho peor que el anterior. "Aquí es cuando llega la suerte de verdad" afirma la crevillentina, refiriéndose a que de nuevo llegaron a tiempo con la detección de la enfermedad. "He estado tan mala, que he cambiado el concepto que tenía sobre la vida porque te das cuenta de lo que te ha podido pasar", expresa Adán.
En esta ocasión, también se le extrajo la mama, y se procedió con la segunda mastectomía. EL ESPAÑOL de Alicante pregunta a Adán por qué tras la intervención quirúrgica no decidió cerrar el ciclo y acudir a un tatuador especialista en este tipo de trabajos. La crevillentina responde que "lo había pasado tan mal" que solo quería olvidarse de todo.
Una llamada del Hospital Universitario del Vinalopó a principios de octubre le cambió la vida. Resulta que el centro gestionado por Ribera Salud recibía la visita de un tatuador de Madrid que acudía a Elche a enseñar a las enfermeras esta técnica para tatuar en 3D la zona de la areola y el pezón. "Me decidí de la noche a la mañana porque me llamaron un viernes y el sábado ya estaba allí", recuerda emocionada.
Para ello utiliza la técnica tradicional de tatuaje, dando apariencia 3D a la zona a tratar. El procedimiento se realiza en consulta, apenas dura 30 minutos, y es indoloro. "Notas como una especie de pellizquitos, un dolor típico de los tatuajes, pero lo aguantas perfectamente", asegura esta alicantina.
Adán ha quedado muy contenta con su tatuaje y recomienda a otras mujeres en su misma situación que terminen el ciclo, y se lo hagan también. En su caso, cuenta que se había acostumbrado a no tener pezón, y que creía que no le daba importancia. Pero, todo cambió cuando, tras la operación se miró al espejo y se "echó a llorar", cuenta esta mujer emocionándose de nuevo al recordarlo. "El daño físico ya ha pasado, pero lo psicológico dura porque te ves todos los días; una vez completado el ciclo esa herida se hace más suave, lo superas un poco", concluye Gema Adán.